18. Quiero aterrizar en tu corazón - Mewgulf - Terminada

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...—¿Están bien?, ¿Sufrieron algún daño?—les preguntó el encargado del hotel cuando las puertas se abrieron y vio a los dos hombres sudando y muy agitados.

—No... no, estamos bien pero deberían revisar ese ascensor,¡menudo susto!—soltó Gulf de repente mirando a Mew y saliendo rápidamente de allí.

Cuando el auxiliar estaba por entrar en su habitación, sintió unas manos en su espalda y seguido alguien que se acercaba a su cuello y lo besaba.

—Hola pequeño, ¿a dónde vas tan rápido?.

—Me-Mew e-esto n-no es-está bien.—balbuceaba lleno de deseo.

El comandante se rió y lo cogió de la cintura acoplandose firmemente a su cuerpo, entonces este soltó un erótico gemido al sentir el bulto del comandante contra su redondo culo.

—Abre cariño, que te voy a enseñar lo que es volar—le susurró lascivamente al oído.

Muy nervioso, el auxiliar abrió con rapidez la puerta y entraron  besándose desesperadamente, entonces el mayor la cerró con el pie y empezó a desvestir a este, mientras seguía comiéndole la boca.

Desesperado, el moreno también empezó a desvestirse, así que el comandante comenzó a quitarse su ropa, la cual voló y se desperdigó por toda la habitación, en un abrir y cerrar de ojos.

Rápidamente, ambos se tumbaron en la cama sin dejar de saborearse y morderse con locura, hambrientos de deseo y ansiosos por sentirse.

Beso a beso, el mayor recorrió cada resquicio de piel de Gulf, también le mordió los pezones, besó su vientre y sus muslos, haciendo que éste se retorciese de placer agarrándose a los barrotes de la cama.

Mew se paró en la entrepierna del auxiliar y comenzó a comerle la polla enérgicamente.

—Ooh Dios... si si ....aaah me gusta... siii ....comemela más...más—suplicaba Gulf perdiendo el control una vez más.

Entonces, el comandante metió uno de sus dedo​s en la entrada de este, metiéndolo y sacándolo simulando rápidas penetraciones.

Viendo como este se deshacía en gemidos, el mayor metió un segundo dedo y esta vez lo hizo chillar de dolor pero como le seguía chupando la polla pronto el moreno volvió a gemir de placer.

Tras unos minutos escuchando los atrayentes chillidos y gemidos del auxiliar, Mew ya no aguantaba más sin meter su palpitante y erguida polla en el culo de este, así que se puso un condón y a continuación se colocó entre sus piernas, sumergiendose poco a poco en esa dulce locura que le proporcionaba el delicioso agujero de este, apretándolo jodidamente.

Tras meterla totalmente y esperar a que Gulf se habituase a su grosor, este comenzó a moverse sobre él besándolo con ansias.

—Eres tan exquisito, pequeño, aaah... me tienes tan des-desconcertado aaah... no puedo dejar de pensar en tenerte así aaaah.... gozando debajo de mí aaah...suplicando por más y más... aaah eres tan jodidamente hermoso—decía mientras lo penetraba una y otra vez, sacando una sonrisa de satisfacción en este.

—Siiii... siii sigue... oooh Dios... oooh Dios me voy a cooorrerrrr.... ¡aaaah jooodeeeerrrr!.

El moreno se corrió en su vientre cuando el comandante tocó su próstata, provocándole un gran orgasmo nuevamente.

El mayor sonrió ante eso, ya que ver al auxiliar sudado y agotado por el esfuerzo y el placer que le proporcionaba al follarlo, le hacía sentirse muy poderoso.

Tras varias penetraciones más, algunas,mordidas, besos, gemidos y varias súplicas, suspiros y gritos de placer desenfrenado, Mew se corrió también derramando su semilla.

El comandante cayó agotado sobre la cama al lado del auxiliar e intentó recuperar la respiración rápidamente pues follar con ese jodido chico era lo más excitante que había experimentado, mucho más que volar.

Era una locura y no dejaba de pensar en que si no estuviese tan cansado,  volvería a hacerlo, ya que quería follarselo de nuevo una y otra vez pues quería conseguir que este no se sentase en una semana y que no desease a otro hombre.

Realmente se estaba volviendo loco y muy dependiente y eso lo asustaba pero no podía parar, sin pretenderlo, Gulf se había convertido en su talón de Aquiles.