Mew Suppasit, es piloto en una de las compañías aéreas más importantes de la cuidad de Bangkok. A pesar de que es terriblemente atractivo y tiene mucho éxito, ama su soltería pues para él su trabajo es lo más primordial en su vida, aunque esa manera...
Mew se despertó con un fuerte dolor de cabeza y confuso se frotó los ojos.
A penas recordaba lo sucedido en la noche anterior y de repente sintió moverse a alguien a su lado.
Este miró con extrañeza y vio una mata de pelo oscuro y acto seguido frunció el ceño, luego hecho un vistazo a la habitación y confuso se incorporó rápidamente pues no había camas gemelas, ni había rastro de Jimmy.
—Ésta no es mi habitación ¿Dónde coño estoy?—susurró recogiendo su pantalón del suelo—… ¿Qué mierda sucedió anoche?
Gulf se removió entre las sábanas emitiendo un gemido placentero y de repente imágenes vinieron a la mente del comandante.
Este recordó el haber intentando dormir, el masturbarse en la ducha, el bajar al bar del hotel y whisky tras whisky ahogar su agonía, finalmente vagos recuerdos del auxiliar jadeando bajo suya.
—Oh joder—susurró nuevamente abriendo sus ojos con asombro.
Este se acercó a la cama y entonces lo comprobó, si era Gulf la persona que estaba allí, el cual completamente desnudo al igual que él, indicaba que habían follado de nuevo.
El auxiliar volvió a moverse entre sueños y el comandante se apartó rápidamente pues no quería estar allí cuando éste se despertase.
—Oh joder, mierda, ¿Qué he hecho?.
Este no sabía como actuaría, ni que decir si el moreno se despertaba en ese momento pues ni siquiera recordaba como había ido a parar a aquella habitación, así que sin hacer ruido se vistió y salió rápidamente de allí.
Cuando llegó a su habitación, Jimmy aún seguía dormido, entonces Mew deshizo su cama y se metió en la ducha como si nada hubiese pasado pero si lo había hecho, había vuelto a caer con su auxiliar después de haber dicho que no lo haría.
Ya más despejado al salir de la bañera, buscó ropa en su maleta y bajó a desayunar, allí se encontró con las auxiliares de vuelo, sentadas en una de las mesas del comedor.
...—Buenos días comandante, parece que tenemos dormilones—dijo una de ellas refiriéndose a que Gulf y Jimmy no estaban allí.
La auxiliar quizás estaba insinuando algo, después de lo escuchado el día anterior en el minibus, por lo que este la sacó de su error.
—Karn seguía durmiendo cuando yo salí de la habitación, no creo que estuviesen juntos—dijo muy seguro pues él lo sabía de primera mano, porque había sido él mismo, el que había hecho gozar de placer al sexy auxiliar.
—Que pena, hacen muy buena pareja —dijo entonces Lyn ante la atenta mirada del comandante, la cual no reflejaba claramente estar muy conforme con eso.
—Si, además creo que se gustan mucho, quizás estaban muy cansados, puede que hoy si ocurra algo entre ellos—añadió Sam muy sonriente.
Mew se removió molesto en su silla, dando vueltas sin parar a su mareado café con leche.
—Creo que a Kanawut no le interesa lo más mínimo.
Las chicas lo miraron y se echaron a reír.
—Ay comandante, mi lo crea...Jimmy le tira los trastos a todo el tiempo, Gulf no podrá escaparse por mucho tiempo—dijo Lyn volviéndose a reír.
El comandante no lo soportó más y se levantó de la silla haciendo un esfuerzo sobrehumano para no cogerla del cuello y así callarle sus venenosa boca.
Rápidamente, se fue al lavabo y se metió en uno de los estrechos cubículos y respirando hondo, soltó un desgarrador grito de frustración.
—Aaaaaaaawww...¿Qué me está pasando?, ¿por qué no puedo dejar de sentir este ahogo?, ¿qué me ocurre contigo, Gulf?, ¿Por qué me molesta que seas de otro hombre?, ¿por qué maldita sea?, ¿Por qué me tienes así?... ¡Este no soy yo!, ¡No puedo controlarlo!—gritó una y otra vez agarrándose la cabeza de la impotencia que sentía—...¡No puedo!, ¡No puedo!
Era muy cierto, ya que Mew jamás había estado así por nadie, nunca había permitido a otra persona llegar a tanto pero con el auxiliar había sido diferente, ni siquiera se había dado cuenta en que momento este lo había traspasado hasta llegar al fondo de su alma y lo había desarmado dejándolo tan vulnerable.
A pesar de haber luchado contra esa locura y a pesar de haberse hecho el fuerte y dominante, no lo había conseguido, Gulf se estaba metiendo en su ser irremediablemente.
Este sentía que había perdiendo el control de su vida y de pronto pensó que ya nada tendría sentido sin el moreno a su alrededor.
Inevitablemente y al parecer, ya todo giraba entorno a el pequeño y hermoso chico, el cual en forma de ardiente demonio, había irrumpido en su vida y lo estaba volviendo completamente loco.
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Mientras, en su habitación, el moreno se despertó y miró a su alrededor con desilusión pues ni una nota, ni una llamada o mensaje, nuevamente su realidad había vuelto.
—Joder, Gulf, eres un idiota, ¿Acaso creías que él despertaría a tu lado y te besaría para darte los buenos días?
Resignado suspiró y acto seguido se incorporó sentado en la cama con intención de irse a la ducha, mientras recordaba todo lo sucedido horas antes.
—Joder, ¿Cómo puede ser tan increíble en las noches y tan gilipollas en el día?, oh Dios, no puedes ponerme a ese hombre delante y pretender que no caiga con él...realmente eres muy injusto conmigo.
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