Capítulo 11

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En medio del camino a casa escuchamos una explosión que sacudió el auto haciendo perder el control a la pobre anciana pero que por suerte pudo estabilizar el auto y frenando en seco dijo:

— ¿Están bien niños?


—Sí, creo. —Respondió Carolina.


—Yo estoy bien — Respondí yo


Luego ver qué todos estábamos bien, salimos a ver qué fue lo que había explotado. Al parecer una rueda había explotado debido a un clavo en la vía, pero... ¿Cómo hay un clavo en vía? Me pareció muy extraño todo esto pero no le di mucha importancia y como era el único hombre, macho pecho peludo decidí cambiar la rueda que para nuestra suerte había una de repuesto.

Me encontraba ocupado con el cambio de llanta y en los rines pude ver el reflejo de Iván, estaba detrás de mí. Tenía buena mirada fría dirigida hacia mí. Voltee la mirada hacia atrás en dirección a él pero lo que pude ver fue a Carolina con la misma mirada que tenía Iván en ese momento. Decidí volver a mira el reflejo en los rines de la llanta y efectivamente este Iván reflejado, pero cuando volví a girar hacia atrás era Carolina. -¿Qué es esto? - fue lo que pensé en ese momento.

—Carolina ¿Qué Pasa? —Pregunté una vez terminé de cambiar la rueda.

No obtuve respuesta


Me acerqué lentamente hacia dónde ella, toqué su cara y volví a preguntar:

— ¿Qué pasa?

Carolina miraba fijamente al vacío, no parpadeaba ni generaba ningún tipo de movimiento, ¿Estaba paralizada? No lo sé. Intenté de todo, la abracé, intenté moverla, pasé mi mano en frente sus ojos a ver si reaccionaba pero todo fue en vano. La anciana que se encontraba dentro del auto baja de éste y se dirige hacia nosotros.

— Luis — Salió esa palabra de la boca de Carolina con tono muy agudo.


— Tú no eres Carolina — Contesté asustado.

En un momento Carolina o lo que fuera en ése momento Carolina, empuja mi cuerpo con una fuerza impresionante, haciéndome caer y aparatándome del medio de ella. Cuando vi lo que estaba pasando, la anciana que estaba se dirigía hacia nosotros ya no era la anciana, era una linda dama vestida de negro, detrás de ella aparecieron dos personas más que al mismo tiempo se dirigían también hacia Carolina.

— Nos volvemos a encontrar Iván — Agregó la hermosa dama que anteriormente era la anciana.

— Otras ves frente a frente Angie o más bien ¿Lilith?, No recuerdo la última vez que cambiaste de identidad para poder escapar de las tiniebla — Respondió Carolina.

¿Iván?, ¿Por qué había llamado Iván a Carolina?, En ese momento alumbró el foquito encima de mi cabeza. El que estaba adentro de Carolina era Iván, por eso la mirada fría. Para asegurarme de que estaba en lo correcto, volví a mirar hacia el reflejo del auto, y efectivamente estaba Iván parado en la posición de Carolina.

—No puedo creer que una criatura como tú no haya sido capaz de tomar sangre humana aún— Continuó Angie.

— Pues créelo, porque aquí estoy—Respondió Iván.

—Muy bien, terminemos con esto de una vez— Continuó Angie—Hagamos las cosas fáciles, sin necesidad de usar la fuerza. Dame a los mocosos y nadie saldrá herido.

— Ni lo sueñes — Fue la respuesta de Iván.

— Muy bien, ya que no quisiste a las buenas, tocó a las malas. ¡Atrápenlos! - Terminó Angie haciendo señas a las personas que venían con ella.

— Estoy listo — Fue los que dijo Iván concentrándose.

Y ahí seguía yo, fumando en el suelo observando como el cuerpo de Carolina era manipulado por una criatura celestial que al mismo tiempo peleaba con criaturas de las tinieblas.

La pelea inició, era Iván contra tres personas. Lo primeros empezar fueron las dos personas que llegaron detrás de Angie a pelear con Iván, le ofrecieron puños y patadas, pero Iván los esquivaba perfectamente lo cual hizo que ninguno de estos lo tocase. Luego llegó el turno de Iván atacar, repartió golpes a las dos personas que también intentaban golpearlo, pero les era imposible. Iván haciendo movimientos rápidos, pudo inmovilizar a las dos personas con sus golpes dejándolos malheridos.

— ¡Inútiles! —Agregó Angie entrando en la pelea con Iván


Inició nuevamente el repartimiento de golpes por doquier, eran golpes que iban y venían, golpes a los cuales fallaban, pero otros atinaban golpes fuertes y otros suaves. Pasaron un gran tiempo luchando entre ellas o ¿Entre ellos? No sabía cómo decirlo, en fin. Siguieron luchando, los dos estaban cansados con la boca y cara rota. Luego de un luego se separan para hablar, Iván agregó:

—Tiempo sin pelear, no has cambiado mucho.


—Lo mismo digo de ti—Fue la respuesta de Angie.


— Pues ya sabemos cómo acabará esto — Agregó después Iván.


— ¡No está vez! — Terminó de añadir Angie quien tomó impulsó y aprovechó que Iván estaba herido para saltar sobre él haciéndolo caer bruscamente en el suelo.

Una vez que Angie cayó encima de Iván me aterrorice por completo, esperando de que Iván hiciera algo pero estaba tan herido que no podía aguantar más de lo que ya estaba aguantando. Angie se dio cuenta de que iba ganado la pelea y dijo:

— Es el fin — Dijo, sacando sus enormes y afilados dientes e intentó morder el cuello del cuerpo de Carolina.

— ¡Nooo! —Fue lo que grité y si pensarlo me lancé hacia dónde ella.


Luego de que separa a Angie y evitará que mordiera a Carolina, ella subió encima de mi ahorcándome fuertemente, sentí como mí piel empezaba a cambiar de color y como empezaban mis pulmones a quedar sin aire. Hubo un momento en el que todo empezó a ser borroso, no tenía noción de lo que me estaba pasando en ese momento pero sentí como el cuerpo de Angie caía y la fuerza que ejercía sobre mi cuello desapareció. No pude creer lo que pasó, Iván había tomado una piedra y fuertemente golpeó la cabeza de Angie dejándola inconsciente, pero al parecer eso no fue suficiente para Iván porque comenzó golpear la cabeza de Angie una y otra vez más con la piedra que de por sí era grande y pesada ya que Iván en el cuerpo de Carolina parecía hacer demasiada fuerza para cargarla la piedra.

Una vez Iván dejó de golpear la cabeza de Angie se dirigió hacia las otras personas que se estaban levantando de sueño y las hizo salir volando, literalmente ese era su poder. Podían volar y mientras estaban en el cielo, pudimos ver el malestar en que estaban ya que no volaban en línea recta si no que se movían de un lado a otro y uno de ellos chocó con la punta de un árbol. Luego de terminar de ver esa escena bajé la mirada hacia el cuerpo de Carolina que caía lentamente hacia el suelo, me dirigí hacia ella rápidamente logrando atrapar su cuerpo y evitando que cayera al suelo. La cargué y la subí al auto que afortunadamente tenía las llaves y con lo poco que aprendí en mis clases de conducción pude manejar hasta casa.

ANTES DE QUE SEAN LAS DOCE [Completa✔️]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora