Ella caminaba por la calle pavimentada, el ambiente era deprimente por la falta de colores vivos siendo que predominaba por el gris que reflejaba su sentir. Le costaba demasiado ver su alrededor por la niebla que se había cernido en la ciudad, la humedad y el aire que corría causaba que se abrazara así misma buscando algo de calor.
Su ropa de sacerdotisa que una vez estuvo limpio y resplandeciente, ahora solo era más que jirones y sucia por el tiempo. No tenía ningún rumbo en esta ciudad fantasma que parecía haber sido olvidada por el tiempo mismo, no tenía nada que buscar, a nadie quien seguir... o amar.
Todo lo que una vez tuvo y conoció... ya no estaba, volvió al principio justo como lo recordaba antes de conocer a esa pelirroja que llamo una amiga. Llegando a una plaza se dispuso a sentar en una banca, donde acomodo su flequillo que cubría sus ojos revelando un color violeta que habían perdido su brillo, esos ojos solo miraron hacia arriba, encontrándose con la mezcla de grises y negros del cielo.
Esta persona era Akeno Himejima, la sacerdotisa del trueno y la reina de Rias Gremory...
La joven solo pudo suspirar y poner su cabeza entre sus piernas, pensando en los eventos recientes. En otro tiempo podría esperar algo bueno y tal vez que el castaño de quien se enamoró fervientemente fuera a solucionar todo... pero eso fue atrás.
Sus amigos, su padre, personas con las que compartió experiencias a través del tiempo, ya no estaban... todos ellos habían muerto por esos “cazadores”, que sin piedad acabaron y masacraron a todos.
Aun recordaba sus risas al cometer aquellos actos, verlos disfrutar del como terminaban con las vidas de todos. Ese sentimiento de impotencia e ira eran tan fuertes que hacía que apretara sus manos con fuerza a tal punto de que sus uñas se hundían en su piel causando que brotara aquel liquido carmesí.
Le dolía, pero no tanto como a ellos que fueron torturados hasta el último aliento que salió de sus cuerpos. Quería vengarse, hacer algo al respecto, pero...
No le importaba.
Todo aquello, sus sentimientos, la tragedia, le eran insulsos, incluso su vida y lo que puede llegarle a pasar no le importaba. Si la secuestraban, quitándole su pureza para ser usada como un vertedero de semen, eso podría pasar y seguiría sin darle importancia.
Después de todo, aquel que le daba un propósito y alegría a su vida, había partido a mejor vida.
Issei Hyodou.
Pensar en ese nombre le traía recuerdos, cuando aún era feliz y con un propósito.
Desde pequeña siempre sintió que algo le faltaba en su vida, una molestia que solo se acrecentaba con los años, era una incomodidad que podía disimular evitando las preguntas de Rias y el resto. Pero las cosas cambiaron en el momento que él se unió.
Era un castaño quien tenía algo que no podía describir, pero era un encanto con el que poco a poco llamo su interés, del cual surgió un enamoramiento.
Aquel sentimiento de amor hacia el joven fue algo placentero, estar a lado suyo, pasar el rato, acaparar su atención, eran momentos que atesoraba y traían un dolor a la vez. Le hacían recordar aquello que una vez tuvo, pero se había ido.
Su Issei... su precioso y amado Issei, tanto ella lo quería que en susurros mencionaba su nombre al mismo tiempo que de sus ojos brotaban las lágrimas del dolor de la perdida.
A veces soñaba con el estando a su lado, ambos en la misma cama compartiendo intimidad, compartiendo calor y los roces de sus cuerpos mientras contemplaban sus rostros llenos de amor mutuo, pero él se terminaba de levantar de la cama para salir por la puerta de la habitación. No importaba lo que hiciera, que lo siguiera o detuviera, el siempre cruzaba el portón para desaparecer, dejándola sola.
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One shots
RandomPequeñas historias que subiré aquí... también algunos ovas o alguno que otro cap, obviamente no van hacer canon... o tal vez si, quién sabe... aquí subiré de todo tipo y pues bueno, entren y disfruten.