Cruel Reaper.

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La noche reinaba en la hermosa tierra del Sol Naciente.

En una de sus ciudades, Kuoh, brillaba tan intensamente como el mismo firmamento.

En las zonas urbanas era más tranquilo y casi no había gente.

Alejada de la cuidad, ubicada arriba aun lado de la montaña estaba una iglesia y se estaba llevando un “acto”.

Adentro había dos individuos.

Un joven se unos 18 años. Tiene cabello negro y llevaba una máscara de cráneo negro que le cubría gran parte de su cara, en su ojo derecho brilla de un intenso rojo carmesí. Llevaba puesto un abrigo negro con capucha. Llevaba camisa negra y un chaleco de igual color, pantalones negros y botas de estilo militar igual.

En frente de él estaba una chica de cabello negro, ojos violeta y que llevaba puesto un traje de dominatriz.

En todo su cuerpo habían heridas.

Ella miraba al peli negro con odio.

—Nostálgico, ¿no crees?.

—Mal.. di... to... in... se... cto.

—Oh~... tienes fuerzas para decirme eso... bueno no estás en posición de decirme insecto, perra.

—Des...

—Simón dice, silencio.

—¿¡Que!? —exclama sorprendida al ver un círculo mágico debajo de ella y luego es electrocutada por unos rayos que salieron del círculo mágico—. ¡¡Arrrrrghhhh!!.

—Debí decírtelo antes... en toda la iglesia coloque un hechizo que te sella el poder que ella te dio... aparte de que mientras estés aquí, obedecerás mis órdenes o el hechizo te matara, es así de simple, Reynare.

Reynare apretaba los dientes de la ira, el peli negro sonrió al verla molesta.

—Bien, veamos que tienes que decir, Reynare... Simón dice, puedes hablar.

—Tú... tú... ¡¡no eres dignó de decir mi nombre!!.

—Que recuerdos... Simón dice, levantate.

El hechizo se activo y Reynare mientras gritaba de dolor se levantó con dificultad.

—Verte así de patética es lamentable... pero es un poco satisfactorio para mí —dijo el peli negro con tono burlón para luego desaparecer darle un puñetazo en la cara a la Ángel caída mandándola a impactar a la pared de atrás—. Ya no es necesario el hechizo —chasqueó los dedos y el hechizo se disipo.

La peli negra escupió un poco de sangre y vio al peli negro acercarse a una de las bancas, ahí había algo cubierto por una manta.

Él quito la manta, revelando a una chica rubia de ojos esmeralda completamente desnuda.

Sus ojos carecían de brillo, parecía muerta.

Eso sorprendió a la caída.

—¿Sorprendida? —habló sin verla mientras acariciaba la mejilla de la rubia, para luego girar con delicadeza la cabeza de ella—. Cuando descubrimos el hechizo que le colocaste, en verdad me hiciste sentir la desesperación... pero ahora que mi querido amigo Vali me dejó como último regalo el revertir de cierta forma el hechizo... he visto esperanza... y adivina que... al descifrar tú hechizo, se puede aplicar lo mismo pero al revés —voltea a verla—. Sabes que quiero decir, ¿no?.

Reynare tembló de miedo, estaba segura de lo que le haría, su sed de sangre era tan grande que no podía dejar de temblar.

—I-I-Ise-kun... yo, yo...

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