Extra #9

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Jisoo estaba de piedra, aún sin reaccionar. Rosé arrugó la nariz, limpiándose la mejilla y mirando también por donde se fueron las chicas.

—¿Qué le pasa a la loca?—después se encogió de hombros, decidiendo dejar pasar el asunto del beso y encontró a su novia sin moverse—. ¿Chu? ¿Ahora eres una estatua?

Seulgi se palmeó la frente y Jennie estaba frotando su sien para tener paciencia. Rosé tenía una habilidad innata para este tipo de situaciones.

La pelirroja pestañeó como tonta, dándole un golpecito en el brazo a Rosé y girando sobre sus talones, para largarse de allí.

—¿Chu?—escuchaba la voz confusa de Rosé, igual no la miró y siguió de camino a los vestuarios dejando a las otras chicas atrás—. ¡Eh, Chu! ¡Espera!—la sostuvo del brazo.

—¿Qué quieres?—las palabras salieron cortantes, los ojos chocolates la miraban con rabia.

Rosé tragó en seco, acercándose más a la pelirroja.

—¿Estás enojada? Si lo parece, solo que no termino de entender—se rascó el cuello, pensando con fuerza—. Ehhh... ¿Estás celosa?—quiso probar la opción A, si no era aquella podría elegir la opción B: Jisoo tenía el período.

La pelirroja rodó los ojos, zafándose de la mano de su novia y riendo con gracia.

—Para nada, Rosé. ¿Tú qué crees? A mí no me importa ni un poco que vayas a pasar toda una tarde rodeada de chicas ¿Por qué lo estaría?—todas las palabras de la pelirroja desbordaban sarcasmo.

Rosé ladeó la cabeza.

—¿Estas celosa por eso? Chu, solo voy a darles clases de dibujo—aseguró, completamente segura y sin entender el drama.

Jisoo apretó los dientes.

—¡¿Clases de dibujo, Rosé?! ¡¿En verdad te crees eso?!—no podía creerlo.

—¿Qué más podría ser?—entrecerró los ojos.

Jisoo sacudió la cabeza.

—¡Quieren llevarte a la cama, pedazo de lenta! ¿Acaso no vistes las sonrisitas y el coqueteo?—colocó un dedo en el hombro de la pelimorada, con fuerza.

—¿Sonrisas? ¿De qué hablas? Ellas nunca me han insinuado algo así—la pelimorada colocó las manos en los hombros de la pelirroja—. Creo que estás delirando...

—¡No estoy delirando, Park!—chilló, apartándose de ella.

Rosé ahora se estaba enojando, se colocaron a una distancia prudente y se fulminaban con los ojos.

—Vale, pues yo pienso que sí. Los celos te tienen así, Kim.

—¿Los celos? ¡Qué celos, no estoy celosa!—los gritos aumentaban, la pelimorada rodó los ojos.

—Creo que ya pasamos por esto antes. Te amo y nunca iría con otra ¿Cómo hago que lo entiendas?—resopló mientras peinaba su cabello hacia atrás, después movió la mano—. ¿Sabes qué? Mejor hablemos cuando estés calmada. No puedo lidiar contigo cuando estás en modo plástico activada.

Jisoo abrió la mandíbula hasta el suelo, sintiendo la sangre subirle a la cabeza y un gran enojo al escucharle decir ese apodo tan antiguo.

—¡Si tú estuvieras en mi lugar estarías igual que yo!—reclamó.

Rosé negó con la cabeza, como si fuese alguien madura.

—No, Jisoo. A diferencia tuya, yo no soy una celopata—la miró con reproche, después torció la boca.

⌗𝐑𝐢𝐯𝐚𝐥𝐞𝐬 ; 𝐂𝐡𝐚𝐞𝐬𝐨𝐨Donde viven las historias. Descúbrelo ahora