Extra #4

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Jisoo estaba ligeramente arrepentida, ahora, en el vestidor de las animadoras. ¿Cómo terminó aceptando ser novia de Oh Sehun? La respuesta era simple: apariencias.

Él era un buen jugador de fútbol, lo había demostrado hace dos semanas al entrar al equipo. También era popular, todas querían salir con el.

Además, Jisoo era una animadora, era casi por un equilibrio social colocarse de novia con él. Era lo normal, lo correcto. Pero se negaba a aceptar la razón más probable, quiso salir con él para sentirse bien consigo misma, que era como cualquier otra chica linda y popular.

Que no era aquella Kim Jisoo que le incomodaba, esa extraña chica con mariposas en el estómago y tontos pensamientos sobre Park Rosé. Esa Jisoo era anormal, no tenía sentido, nunca pensaba con claridad alrededor de la pelirroja y sentía extraños impulsos de agarrarla de la mano y entrelazar sus dedos, al verla en el pasillo.

La pelinegra prefería a la otra Jisoo, la normal, con preocupaciones tales como si recibiría un vestido para Navidad o si los chicos la invitarían a salir, la cual era ella misma hace un año atrás, antes de conocer a aquella chica tierna. Sehun era lo único que la mantenía cuerda, o la hacía sentirse así, que le gustaban los chicos.

Jisoo se repetía así misma que lo que sentía por Rosé, si es que se podía definir como un sentimiento, era extraño e incorrecto y sobre todo seguramente un encaprichamiento juvenil.

Nada más. Jisoo estaba segura, creía, de que era heterosexual. Claro. Kim Jisoo aseguraba ser completamente heterosexual.

¿Lo que le sucedía? Posiblemente un lapsus....una incoherencia en su crecimiento adolescente.

Respiró profundo, se sentía más segura al anotar sus inseguridades en su diario. Y desde que Rosé apareció en su vida, vaya que había escrito.... varias páginas en él.

—¡Por supuesto, chicas!—escuchó la voz de la amiga de la pelirroja, aquella que le caí tan mal, Joy.

Frunció el ceño, aún sin verla, irritándole su voz, aunque no encontraba una razón exacta por la cual detestaba a la pelinegra. La chica entró a los vestidores, despidiéndose de unas amigas suyas antes de ir a su casillero. Hace pocas semanas que eran nuevas en el equipo, pero llevaban una pequeña rivalidad, quien hacía mejores giros o quien dirigía los entrenamientos.

Jisoo casi siempre ganaba, debería de sentirse victoriosa al ver la mirada resentida que le daba la chica durante aquellos momentos. Pero cualquier felicidad desaparecía al recordar que Joy era amiga de Rosé, tenía derecho a sus sonrisas, a abrazarle, a pertenecer a la vida de la pelirroja.

Jisoo sentía envidia, y se enojaba muchísimo con ella misma por aquellos pensamientos absurdos. Por ello detestaba a esta versión de Kim Jisoo, la verdadera no sentiría celos por semejante tontería. La pelinegra sonrió con sorna, mientras terminaba de hacerse una cola de caballo.

—¿Lista para comer el polvo hoy?—cerró la puerta de su casillero, colocando las manos en su cadera con intención de intimidar.

Joy sonrió, pero con diversión, hizo lo mismo que la otra chica, ladeando la cabeza.

—Esa serás tú, plástico—le rectificó antes de darle un guiño y comenzar a caminar a la salida—. No llores cuando me toque dirigir el entrenamiento, Kim.

Jisoo apretó los labios, aún sin dejar de sonreír falsamente.

—Eso crees tú, me das lastima—soltó con desprecio.

Joy siguió avanzando sin dignarse a voltearse y mirarla, se detuvo en la puerta.

—Por cierto, hoy mis amigas me estarán observando entrenar... —dijo con una extraña vocecita burlona, arrastrando las palabras.

⌗𝐑𝐢𝐯𝐚𝐥𝐞𝐬 ; 𝐂𝐡𝐚𝐞𝐬𝐨𝐨Donde viven las historias. Descúbrelo ahora