Capítulo 11

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El primer mes de clases tenía a Rosé vuelta un ocho. Le iba muy mal en japonés y pensaba que suspendería el próximo examen.

Sus días en el colegio ya tenían una rutina:

Llegaba saludando a sus amigas, veía a Jisoo y su novio besuquearse toda la mañana, y agarraba el mal humor.

Sus amigas la hacían reír y por un momento lo olvidaba, volvía a ver a la parejita besándose en la tarde y el enojo aumentaba. Finalmente terminaba o en la biblioteca, o mirando a Joy entrenar.

Casualmente, estas eran las cosas que ocurrían exactamente todos los días, lo que menos disfrutaba era el besuqueo de idiotas, pero creyó que ya debería de haberse acostumbrado. Llevaba días viéndolos hacer lo mismo e ir agarrados de la mano, aun no comprendía por qué seguía molestándole. Ya debería de haberlo superado, pero cada vez que los veía, sentía unas terribles ganas de golpear a Sehun en el rostro.

Decidió ignorarlo, no era su problema.

En estos momentos se encontraba mirando a Joy entrenar mientras estudiaba Biología, pero en verdad no estaba del todo concentrada. ¿Cómo podría? Si Jisoo lucía deslumbrante, dando vueltas en el aire y alzando los pompones, era increíble cómo en tan solo un mes el equipo había mejorado tanto.

Kim Jisoo. Aquel era un nombre que seguramente la atormentaría, los dos años que quedaban de escuela. La observaba, su piel era hermosa, su cabello brillaba y su sonrisa le alegraba el día.

Sin quererlo, el pulso de la pelirroja se disparó. Era un fastidio cuando le sucedía. Desde el primer año que le sucedía aquello, pero parecía que cada día empeoraba más y más, ¿Por qué? ¿Qué tiene ella que me haga sentirme así?, se preguntó pero no quiso responder con miedo a la respuesta, era absolutamente imposible.

Suerte que era el último día de la semana y no tendría que verla durante dos días, aunque sabía que era una mentira, ya que Rosé se sentía ansiosa todos los lunes sabiendo que la iba a volver a ver.

Después de un rato, el grupo de chicas se fueron hasta los vestidores, Jisoo lucía muy atractiva con las mejillas rojas y el cabello sudado revuelto.

Esperó a Joy, ellas habían acordado con las chicas que al terminar con el entrenamiento, irían a la pizzería cerca del instituto.

—¿A quién esperas?—preguntó la voz de Joy a su espalda y la chica pelirroja soltó una risa.

—A una amiga no más atractiva que yo—le dio una sonrisa y Joy hizo una mueca.

—Yo soy más atractiva que tú—dijo ofreciéndole la mano, para ayudarla a levantarse. Mientras conversaban y salían del campo, observó como Joy quedó distraída, mirando a Luhan.

Dios, esta chica sí que babeaba por él. Sólo esperaba que fuera atracción física, ya que si era algo más fuerte sabía que su amiga sufriría, y no quería que ella sintiera dolor.

Bajaron varias cuadras y al llegar a la pizzería vieron que en el aparcamiento habían varios coches, hubo un convertible azul que se le hizo muy familiar, pero igual entró con su amiga.

El local tenía una pinta exacta a las cafeterías de los años setenta, fueron a las mesas rojas mientras sus amigas le hacían señas para que se sentaran.

—¡Rosé, aquí!—gritó Seulgi y ella le sonrió, tomaron asiento y Rosé quedó junto a Jennie.

Joy estaba al lado de Seulgi y las cuatro comenzaron a hablar. Jennie bebía de su merengada y Rosé no dudó en robarle unos cuantos sorbos.

—¿Cómo fue la práctica?—preguntó Jennie, un poco interesada en el tema.

—Bien, bien. ¿Por qué?—preguntó Joy, cruzándose de brazos, y observando a su amiga de forma acusadora.

⌗𝐑𝐢𝐯𝐚𝐥𝐞𝐬 ; 𝐂𝐡𝐚𝐞𝐬𝐨𝐨Donde viven las historias. Descúbrelo ahora