Devil may Cry

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23/12/2020

Por las vacaciones de invierno pasaban más horas en el orfanato, y era más cansado no ir al colegio, porque en el orfanato las mujeres supuestamente sirvientas de dios, Miss Mirta y Miss Anna, eran como ogros esclavizadores, a los mayores de seis años, los levantaban muy temprano sin importar las inclemencias del clima, estuviese lloviendo o el frío más seco y doloroso para los huesos de la temporada, nada importaba, tenían que levantarse para limpiar los enormes campos de canchas y juegos, o los pisos bajo los tejabanes, el orfanato era muy grande y tenía espacios abiertos para que pudiesen andar todos los niños durante el día ya que solo podían entrar a las habitaciones a dormir.

Lolito y Mangel tenían 7 y 8 años respectivamente, y les toco limpiar el comedor ese día, por lo menos no estaban a la intemperie, el lugar sin personas creaba un eco en los movimientos, había 10 largas mesas repartidas de 5 mesas por cada lado y cada mesa tenia 12 sillas y aún así había niños que no alcanzaban un lugar y tenían que esperar a que otro terminara de comer para poder sentarse.

Mangel estaba barriendo moviendo las sillas para poder meter la escoba bajo las mesas, debían hacer las cosas impecablemente si no querían recibir un cruel castigo, ¿Ya mencione que las mujeres que los cuidaban parecían más bien sus verdugos? Pero cuando iban fundaciones benéficas o parejas en busca de adoptar algún afortunado que saldría de ese infierno, eran un pan de dios con todo el mundo. Viejas brujas.

Se le hacía extraño que su compañero no llegara, desde que lo conoció hace casi un año, se preocupa mucho por él, Lolito es un chico muy tímido, delgado y pequeño para su edad, además de diferente en muchos aspectos, no solo en lo físico también había un algo de misterio en su mirada que a muchos niños del orfanato sobre todo a los más pequeños les asustaba, y se hacía acompañar siempre de un peluche negro con ojos amarillos, que nadie sabía definir que demonios era, pero Lolito le llamaba Dragón, era sucio y muy feo.

Cuando el promedio de los chicos y chicas en el orfanato era ser blanco, trigueño, morenito, castaño ojos oscuros o cafés, Lolito resaltaba del resto con su cabello largo y naranja, su piel pálida llena de pequitas y sus enormes ojos verdes, sin mencionar sus rasgos finos en el rostro. No entendía como es que nadie lo adoptaba si era muy hermoso y menos entendía ¿Por qué las brujas del orfanato lo encerraban cada vez que había visitas?

Mangel no entendía muchas cosas, pero igual y por su corta edad no se cuestionaba muchas cosas extrañas que sucedían a su al rededor. Lo único que sí entendía y tenía muy claro, es que por ser tan diferente el pobre chico era bulleado por los chicos de su edad o más grandes, lo molestaban todos los días, sobre todo porque a nadie se le permitía llevar el cabello tan largo, una vez al mes les visitaban peluqueras de servicio gratuito, aunque no es que Lolito deseara no cortarse el cabello, de echo él mismo lo hacía a veces cansado del daño que le proporcionaban, pero como ocurría cuando había visitas, las mujeres del orfanato lo ocultaban y se quedaba sin su corte.

Era por eso y muchas otras cosas, que Mangel se sentía su protector, cada paso que daba Lolito, él lo acompañaba como un lobo guardián, y cuando iban a penas al comedor, iban juntos, pero las viejas brujas lo mandaron a lavar el trapeador y aunque él castaño se ofreció para cambiar de tareas, las mujeres no lo aceptaron, ya hacía 20 minutos de eso y Lolito no regresaba, ya estaba muy inquieto, no prestaba atención a la barrida por mirar la puerta y su oído se agudizaba para reconocer sus pasos o en el peor de los casos, reconocer algún barullo en el exterior que le indicara que le están molestando para salir como fiera golpeando chavales.

No sucedió ninguna de las dos cosas, estaba por dejar la escoba y salir cuando reconoció su vocecita tarareando una canción navideña, y miro por la ventana el trapeador que traía al hombro y apenas se alcanzaban a ver unos cabellos naranjas sobresalir casi nada de la altura de la ventana.

Especial Navideño 2020 (MANGELITO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora