Precipitaciones necesarias

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Cuando Bruce había adoptado a Dick hace cuatro años debía admitir que no esperaba convertirse en padre, él mismo se lo había pedido, cuando lo había visto poco antes de hacer el juicio final para decidir quién se quedaría con su custodia, si él, el circo o el gobierno, le había dicho que no quería otro padre, pues no quería reemplazar al que hace poco acababa de morir, lo cual entendía perfectamente, incluso si no hubiera existido esa postura del niño él no se había visualizado hasta el momento como un padre, por un lado estaba Batman, una vida peligrosa y que por años consideró solitaria, por otro simplemente no lo había analizado, nunca había tenido en su vida una mujer que realmente valiera la pena para que quisiera casarse con ella, no llegaba a tachar eso de la lista por lo que menos pensó en hijos, sin contar que aún era bastante joven, tenía veintiún años, sabía que era una edad en la que algunos se convertían en padres pero solía ser de bebés, teniendo aproximadamente nueve meses de preparación y mentalización, cosa que él no tuvo, sabía que había elegido a Dick pero aún así tuvo que tomar una decisión rápida antes de que el juicio se llevara a cabo y el pequeño cirquero llegara con él, todo en menos de tres semanas, teniendo nueve años, sólo doce menor que él, lo que en otros tiempos podría haber hecho que se vieran como hermanos, sin embargo al final ése no fue el caso.

Desde un principio supo de la responsabilidad que adquiría, sabía lo que significaba cuando decía que quería apoyarlo y ayudarlo en esos momentos dolorosos que bien conocía, estaba dispuesto a darle un hogar, una familia, amor, sí, había usado esos tres términos desde el principio pero nunca creyó que ocuparía un título en específico dentro de ese triángulo, ni siquiera sabía desde un principio qué tan lejos podría llegar con él, sabía que iba a consolarlo, jugar con él, brindarle educación escolar, ayudarle con las tareas, pero hasta ahí, hasta cierto punto comprendía que creía que el chico podría simplemente andar por ahí revoloteando (literalmente habiendo sido un Grayson Volador) en la casa, comiendo, yendo a la escuela y hablando con él de vez en cuando hasta que creciera tomándolo como un conocido y/o un amigo, pero no, pronto se encontró haciendo cosas que no había planeado tener que hacer, al ser Dick aún algo pequeño en momentos tuvo que ayudarle a bañarse, luego durante un tiempo no quería permanecer en su cama dormido, el tiempo en que todo era reciente y nuevo para él por lo que se enojaba por todo así que se encontró teniéndolo que acostar él mismo hasta que se volvió una costumbre, poco a poco, conforme Dick se iba adaptando más a él llegó incluso a tener que dormirlo en sus brazos, no le molestó nunca realmente, estaba dispuesto a hacer ese tipo de cosas, veía que un niño conllevaba más atención de la que ya había creído pero todo era porque superara su dolor, aunque sí era raro, ya no simplemente estaba en sus noches patrullar, estaba el tener que arropar a un pequeño de nueve años e incluso dormirlo, luego eso ascendió a que días tendría que compartir su cama, a veces por una pesadilla o simplemente por gusto de Dick, y no mentiría, otras veces sólo por gusto suyo. Y las cosas no acabaron ahí, entrar a la escuela requirió de vez en cuando tener que hablar con los maestros, Dick no era de meterse en problemas pero en un principio le fue difícil ese nuevo sistema educativo cuando estaba acostumbrado a aprender en casa con su madre, entonces comenzó a tener que responder por otra persona frente a otras, comenzaron a tenerlo en cuenta en su vida los de la prensa, que un joven soltero y millonario adoptara a un niño de circo que había quedado huérfano se había vuelto noticia al momento.

Luego comenzó lo que sí le fue duro, tuvo que comenzar a reprenderlo, sinceramente en un principio había permitido bastantes berrinches de Dick, había llegado a llamarlo tonto o estúpido incluso y él no había hecho más que pedirle de vez en cuando un amable "cuida tu lenguaje por favor" o "tienes que comer", todo porque comprendía que más que un capricho era por extrañar a sus padres y porque todo el mundo que conocía había desaparecido, pero llegó un punto en que Dick se veía más adaptado a la escuela y a él y a Alfred, pero los berrinches no paraban, entonces el mayordomo le hizo ver que ya no era tristeza sino un niño que estaba falto de disciplina en esa casa y estaba probando continuamente los límites que no tenía en una edad en la que necesitaba ser guiado. Él intentó que Alfred se encargara pero el mayordomo se rehusó diciendo que a él era a quien el chico le lanzaba las cosas si estaba enojado, y que era él quien había firmado la custodia, quien lo había aceptado en su vida, quien había prometido darle un hogar y un hogar debía conllevar disciplina así como el amor si quería que creciera bien, entonces comenzó a repartir regaños más duros y juraría que llegó a ver a Alfred reírse de él cuando Dick sólo discutió como respuesta, entonces ya no era el poderoso Batman terror de los villanos, era simplemente un muchacho discutiendo con un niño intentando educarlo pero con miedo de ser demasiado duro, pero una cosa llevó a la otra y tuvo que ir aprendiendo a ser firme en eso, hasta que un día Dick enojado con él saliendo de la escuela intentó irse corriendo y casi es atropellado por un carro, ésa fue la primera vez que lo regañó en serio y alzó la voz sin temor, por primera vez el menor lució realmente regañado, y aunque pensó que lo odiaría por eso o que había arruinado la relación que tenían más tarde se vio con el pequeño sentado a su lado en el sillón y acercándose poco a poco a él buscando un abrazo hasta que lo puso en sus piernas, después vino la primera nalgada cuando había vuelto a subir a una lámpara del techo tirándola con él arriba, de ahí había quedado impactado con miles de preguntas, preguntándose quién era él para estar castigándolo así, pero luego nuevamente Dick pareció perdonarlo, y entonces si bien evitó el castigo físico tanto como podía sí aplicó otros en los que fue encontrando el equilibrio entre la fuerza que debía usar y el cariño, según Alfred Dick supo a qué sostenerse después de eso, pues sabía que al equivocarse le importaba a Bruce lo suficiente para recibir un regaño pero que aún así seguiría a su lado, y por medio de todo eso el tiempo pasaba, cada vez se volvía más natural que el niño corriera a sus brazos cuando llegaba del trabajo, que subiera a su regazo cuando estaba sentado en el sillón, que le diera besos en esos momentos y que él mismo quisiera regresárselos, había dejado de temer castigarlo o regañarlo y sabía cómo hacerlo entender y arreglar las cosas al final, entonces sin darse cuenta ya estaba criando a un hijo y el día menos pensado mientras lo mecía en sus brazos le dijo "te quiero mucho papá", en un principio haciéndolo creer que se trataba de una simple confusión infundada por el sueño pero Dick había estado aún lejos de dormirse, así que cuando salió minutos más tarde de la habitación lo hizo sabiendo y aceptando en lo que se había convertido, y si bien esa palabra no era usada todos los días sabía que le pertenecía a él y de vez en cuando sonaba de los labios de su hijo, en especial en momentos vulnerables como cuando estaba triste o asustado, o mientras estaba quedándose dormido o simplemente si él la buscaba por medio de cosquillas entre las cuales Dick terminaba diciéndole de todo para que parara.

Justicia Joven. Los Pájaros y el Murciélago Donde viven las historias. Descúbrelo ahora