Capítulo 19

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JULIÁN

Escuchábamos los suaves murmullos de las chicas que estaban en el asiento trasero del auto. Aunque no entendíamos lo que decían ya que hablaban muy bajito. Después de unos momentos ellas dejaron de hablar. Cuando mire por el retrovisor ambas estaban dormidas. Mire sus heridas. No parecían ser profundas tenían bastantes. Las más preocupantes parecían ser una herida que Emma tenía en el cuello, desde la base de este hasta su clavícula, parecía que ya había dejado de sangrar pero aún tenía un poco de sangre fresca. Y Lya tenía una parecida a la de Emma pero en el costado derecho. Mark había estado bien, solamente cansado y de igual forma con algunas heridas menores. Él iba con Helen y Aline en otro auto. Sandra había dicho que se iba a quedar vigilando los sensores y que si había algún problema los llamaría de inmediato. Nos pidió que cuidáramos de las chicas.

- ¿Se ven mal? - me preguntó la chica a mi lado. Volví a mirar al frente suspirando.

- No, parece que las heridas más graves son la del cuello y la del costado. De ahí en fuera parecen que están igual que Mark, solo algunas heridas menores - ella asintió y aparco el auto. Habíamos llegado.

- Tocará volver a cargarlas - concorde con ella y nos bajamos para poder llevar a las chicas a la enfermería.

Volví a subir a Emma a mi espalda. Con cuidado de no despertarla. Y la llevé a la enfermería. En el camino me encontré a Livvy la cual quiso saber lo que había pasado. Le dije que no se preocupara y que mantuviera a los niños distraídos por un rato. Principalmente por la pequeña Nea. No quería saber cómo iba a reaccionar al ver a la mayor en tal estado. Ella entendió y se fue con los más pequeños para distraerlos hasta que su hermana fuera por la más pequeña. Cuando llegamos a la enfermería dejamos a cada una en una camilla y Evelyn corrió a los cuartos para buscar ropa para que pudieran cambiarse en cuanto acabáramos de curarlas.

Saqué de un estante algodón y alcohol y los puse en la mesa que estaba entre las camillas de ambas chicas. Me lavé las manos, cuando volví ya estaba Evelyn despertando a su hermana mayor para pedirle que se cambiara y pudiésemos curarlas. Me acerqué a la otra cama y desperté a Emma. Le pedí que se quitara la chaqueta y se pusiera la blusa que había traído la otra chica. Ella asintió y se cambió de ropa. Yo solo aparté la mirada para que tuviera algo de privacidad.

Cuando me dijo que ya podía realizar mi tarea. Comencé a limpiar las heridas con un poco de alcohol. Aunque eran bastantes. No eran profundas, apenas y eran superficiales. Una vez limpias puse un Iratze. Recogí lo que había utilizado y me despedí de ella para que pudiera dormir. Lya se iba a quedar en la enfermería esa noche junto a Emma. Evelyn si iba a ir a su cuarto con la más pequeña. Cualquier cosa una podría ir a avisarnos. Nos despedimos de ellas y nos fuimos a dormir.

Llegué a mi cuarto. Me bañé y finalmente me acosté en la cama para poder dormir.

LYA

Desperté con la luz del sol en mi rostro. Me removí en la cama. Tapando mi rostro con la sábana que me tapaba, mientras soltaba un quejido. Escuché una suave risa a mi lado. Para después escuchar el sonido de alguien levantarse y cerrar la cortina. Me quedé unos minutos intentando conciliar nuevamente el sueño. En cuanto noté que no podría volver a dormir. Opté por levantarme de la cama. Me tallé mis ojos con las manos y me estiré mientras bostezaba. Vi como mi cortina estaba recorrida para taparme de los rayos del sol. Bajé de la cama y puse la cortina en su lugar.

Vi como Emma se estaba poniendo una chamarra de espaldas a mí. En cuanto escuchó el sonido de la cortina movió su cabeza a un lado para verme. Me sonrió y se volteo para verme.

- Buen día dormilona - dijo con una sonrisa burlona. Yo le sonreí de la misma manera y le dije.

- Buen día madrugadora - me volví a estirar como si de un gato perezoso se tratará. Cuando me volví a enderezar noté que tenía ropa a un lado de la cama había ropa doblada - ¿Qué hora es? - le pregunté a la chica frente a mí.

- Son como las nueve de la mañana - me contestó viendo el reloj de la enfermería - Anda ve a bañarte y bajamos a desayunar - Asentí tomé mis cosas y me metí al baño que había allí en la enfermería.

Me di una ducha rápida. Noté que tenía unas leves marcas en mi costado. No le tomé mucha importancia y me bañe con tranquilidad. Una vez bañada y seca me puse la ropa limpia. La cual era un simple jean negro y una playera verde holgada. Seque lo mejor que pude mi cabello y me dispuse a salir. De vuelta en la enfermería estaba Emma sentada en una de las camillas mientras revisaba algo en su teléfono. Noté que ya había dejado hechas las camas y recogido todo lo demás. En cuanto escuchó que salí del baño levantó la cabeza para verme.

- ¿Lista? Tengo hambre - me reí por lo bajo y asentí con la cabeza.

Salimos de ahí y primero hicimos una parada en nuestros cuartos para dejar la ropa con la cual habíamos dormido. Cuando llegamos a la cocina no había nadie. Supusimos que los chicos desayunaban más temprano o más tarde. Tomamos las cosas para poder hacernos un café y encontramos unas galletas para acompañarlo. También nos hicimos un sándwich. Yo no era de desayunar tanto pero con lo que pasó ayer y con la sesión de curación. Me sentía especialmente hambrienta. Una vez con nuestra comida preparada nos sentamos en la mesa a platicar de cualquier cosa. Entre risas y anécdotas divertidas nos quedamos en silencio cuando entró Julián y mis hermanas. Los cuales en cuanto nos vieron se acercaron a hablar con nosotros.

Mis hermanas me abrazaron aliviadas de verme bien. De reojo vi que Julián también abrazaba a Emma. Ella simplemente le devolvía el abrazo con una sonrisa. Cuando nos separamos de ellos comenzó el interrogatorio de lo que habíamos visto en la convergencia. Ellos se sentaron a nuestros lados y comenzamos a contarles lo que habíamos visto. Desde la ropa que revisó Emma, los utensilios e ingredientes que encontramos en los estantes. Hasta el segundo cuarto donde encontramos el candelabro de manos. De solo recordarlo me producía escalofríos. Los chicos nos vieron con los ojos abiertos como platos cuando les describimos lo que encontramos.

- Pareciera como si se preparan para hacer un hechizo - dijo Evelyne mientras veía a Nea, la cual estaba comiendo un poco alejada de nosotros, completamente ajena a nuestra plática. Parecía un poco preocupada - ¿Pero que clase de hechizo necesita ese tipo de cosas?

- Un hechizo nigromántico - susurró Emma. Luego nos miro - Al menos es lo que me hace pensar después de lo que vimos y lo que Magnus nos había dicho - todos asentimos ante lo que dijo.

- Es una posibilidad - dijo Julián. Nos quedamos callados unos minutos hasta que volvió a hablar - Tenemos un trato chicas - lo miramos confundidas. Él siguió hablando - prometimos que íbamos a ayudarlas a encontrar a sus amigos mientras nos ayudaran con esto pero si queremos ayudarlas nos tienen que contar un poco de lo que pasó.

Tragué saliva. No era algo que me gustara recordar. Mucho menos contar. Mire a mi hermana. Por su mirada sabía que pensábamos lo mismo. Suspiramos y nos miramos mutuamente. Después vimos a la más pequeña levantarse a dejar su plato en el lavadero para luego lavarlo.

- Les diremos pero - miré a Nea - Evelyne ¿puedes llevarla a otro lugar? Es una historia que ya conoce pero no quisiera recordársela - mi hermana asintió y se levantó para llevarse a la pequeña a sus lecciones con los demás hermanos Blackthorn.

Cuando salió nos quedamos callados. No sabía cómo empezar a contar esta historia. Inconscientemente comencé a temblar de nerviosismo. Mis compañeros que estaban sentados frente mío me esperaban pacientemente. Hasta que me vieron temblar. Emma tomó mi mano. Levanté mi rostro para verla y me sonrió con calidez. Dándome la fuerza y el coraje que necesitaba para hablar. Tomé una bocanada de aire profundo y comencé a hablar.

- Bien, los pondré en contexto antes de decirles cómo desaparecieron.

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3/4

Uuuuh falta solo un capítulo. Espero les esté gustando y lo disfruten. Nos vemos unos momentos para el último del año.

Bye Bye.

JemmaWhere stories live. Discover now