♕ Capitulo 21 ♕

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POV.NARRADOR 


Akela se encontraba sumergida en demasiados recuerdos de su vida todos y cada uno de los momentos que compartió con Ana pasaban por su mente, entre sus tantos recuerdos estaba aquel donde había conocido al pequeño Amón, su familia estaba en los territorios del padre de Amón firmando un tratado de paz entre ambas manadas, como ella no era de mucha ayuda en esos momentos por su corta edad, salió a pasear con Ana para entregar algunos paquetes de galletas que habían preparado, ese fue su primer encuentro con él, luego de aquel momento ya no se volvieron a ver en todo el tiempo que la familia de Akela estuvo en aquel territorio.

O la vez que conoció a aquel chico energético que le alegraba los días, Erick, él le había enseñado el otro lado del mundo, todo aquel mundo fantasioso al que ahora ella volvía, el que había olvidado por tanto tiempo

había aprendido un poco de medicina básica acerca de diferentes especies, todo era un mundo increíble hasta que Ana lo descubrió y con miedo que la vida de aquella joven adolescente fuera arrebatada volvió a borrar su memoria, amenazando al pobre chico con sacarlo de la vida de la joven adolescente si alguna vez se volvía a hablar de ese otro lado del mundo

Todo se volvía negro y ahora Akela regresaba al inicio donde había conocido a esas dos personas, a sus padres, a sus verdaderos padres biológicos

-Nos hubiera encantado verte crecer y ver cada uno de tus logros, brindarte una mejor infancia y adolescencia, lamentablemente la vida no siempre nos da lo que queremos y no podemos cambiar el pasado, pero tú puedes mejorar y luchar por tu futuro y por el de nuestro nieto- 







[...]







[...]










POV.AMON


Me encontraba nervioso, puesto que los médicos habían vaciado la habitación dejándonos solos a mí y a una Akela inconsciente, mil preguntas se formulaban en mi cabeza ¿será esta la decisión correcta? jamás habría imaginado que tendría que marcar a alguien dos veces y mucho menos inconsciente.

Me acerqué cuidadosamente hasta la cama donde se encontraba el cuerpo de mi luna, cada día su tez se hacía más pálida, sus labios estaban perdiendo su tono rosado, me acerqué lentamente dejando un suave beso en sus labios.

Acomodé algunos mechones que caían por su rostro impidiéndome ver aquella hermosa carita que me volvía loco, me sentía realmente nervioso mis manos comenzaban a sudar, jamás pensé que me vería en una situación como esta.

Me acerco a su cuello dejando otro beso en este para luego lamer el lugar donde se supone tengo que morder, suspiro sintiendo como mis colmillos salen, me he separado un poco volviendo a mirar su rostro

-Por favor no te enojes conmigo una vez que despiertes mi luna- pasó mi mano por mi cabello acomodándolo un poco nervioso.

_¡Hazlo ya! gallina _ habla ikar en mi mente claramente un poco impaciente pero a la vez divertido con mi nerviosismo.

-No ayudas de mucho perro pulgoso -

_ Huy pero si perdón emperador de roma-

-Mejor ya cállate- hay un breve silencio y me impresiono porque ikar allá cerrado la boca cuando se lo ordené, no pasa eso muy seguido, es un milagro de la diosa luna.

_ No lo hago porque tú lo digas, solo lo hago porque no me apetece hablar con gallinas_ trató de protestar, pero sé que solo seria volver a prender una vela que nunca terminaría.

Me acerco de nuevo al cuello de mi luna, pasó mi lengua un poco por su suave cuello, abro la boca ligeramente, dejo que mis colmillos se paseen por su cuello delicadamente, clavo apenas un poco mis colmillos y el sabor metálico no tarda en aparecer en mi boca, una gran ola de deseo y satisfacción recorre mi cuerpo.

Absorbo un poco de su sangre tragándola, saco con mucho cuidado mis colmillos de su suave piel resistiéndome a todo impulso por besar sus labios, lamo ligeramente el lugar donde volví a marcar a Akela, mirando como aparece un tatuaje, el ciclo de la luna se puede ver claramente en su piel.

Me separo ligeramente quedando a escasos centímetros de su rostro, suspiro deseando que abra sus ojos, pero solo me desilusiono cuando después de algunos minutos sigue tan calmada.

Me levanto dando la vuelta para ir a por el doctor cuando un leve sonido se hace presente, con miedo de equivocarme giro lentamente, mi corazón va demasiado rápido, sin darme cuenta sostengo el aire, al girarme miró su cuerpo aun calmado, aún si moverse, pero sus ojos se abren poco a poco tratando de acostumbrarse a la luz.

Una gran luz cálida llena mi corazón, me apresuro hacia donde se encuentra, sus ojos tratan de enfocar mi cara y al lograrlo solo sonríe, mueve ligeramente su mano apuntando a donde se encontraba un vaso con agua, lo tomo entre mis manos y me siento en la orilla de la cama para poder ayudarla a beber, al terminar limpio las pocas gotas que escaparon de su boca.

-Amón, chucho- apenas habla en un tranquilo susurro, pero con la última palabra siento como su voz se rompe y un par de lágrimas descienden por sus mejillas, sin darme tiempo a reaccionar su cuerpo se abalanza sobre el mío rodeándome con sus brazos en un gran abrazo, los sollozos no se hacen esperar y mi camisa poco a poco comienza a mojarse por sus lágrimas.

Permanezco en silencio abrazándola mientras suavemente froto su espalda, ella parece aferrarse más a mí, nos quedamos unos momentos en aquella posición hasta que su respiración vuelve a la normalidad poco a poco y sus sollozos no se escuchan, me separo un poco mirando que se ha quedado dormida, beso suavemente su mejilla y la recuento, cuando me levanto para ir a llamar al doctor su mano toma la mía impidiéndome moverme o más bien yo no quería separarme de ella ni un momento así que simplemente me siento en la orilla de la cama mirandó como se aferra a mi mano sonrió un poco contemplandó su belleza.

El Regreso del AlfaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora