Samuel y su mejor amigo Guillermo se dan cuenta de que el ambiente entre ellos deja de ser uno de simple amistad por algo más, y eso a Samuel no le molesta en absoluto sin embargo, Guillermo no quiere admitir nada al respecto y decide simplemente abandonar a Samuel "temporalmente". Samuel queda devastado al ver las actitudes de éste. David; uno de sus más cercanos amigos, le saca de casa a una fiesta, en donde él se queda sentado sin hacer nada gracias a su estúpida melancolía. Pero, las cosas cambian cuando un joven de aspecto morocho se acerca y le invita a bailar. Samuel queda encantado y fascinado por la forma en el que ese chico mueve su cuerpo, pero, olvidó preguntarle su nombre.