Si bueno, decir que tener tres años y medio en Big Hit soportando a mis compañeros trainees no me molestaba sería hablar pura paja. Odiaba esa vaina con todo mi corazón y mi alma; pareciera que cada día que entraba a la sala de prácticas siendo aún una trainee era una victoria para el montón de becerros que tenía como compañeros. Si leen esto, váyanse a la mierda. Si soportaba esa broma era por mis panas, los únicos y maravillosos nenes que me mantenían cuerda en ese manicomio que se hace llamar empresa de entretenimiento. Yo pensaba que no tardaría en debutar en algún grupo femenino, que por el amor a Dios, esperaba no tuviera un concepto tierno porque si no me tiraba de una ventana y le jalaba las patas a Nathaniel por haberme convencido de ser trainee cuando estaba chiquita. Pero lo que no me imaginé es que terminaría debutando en un grupo donde hay puros machos y que de paso, uno de ellos es la persona más intensa de la vida y el único que me agrada cree que soy una mierda que no vale ni una monedita viejita de un Bolívar. Ah, y eso no es todo. De paso también volvió otro intenso de mi pasado a joderme más la vida y sacarme canas de todos colores. ¡'amonos, que bella la vida mía, vale! Y eso que lo que tengo son dieciséis años que cumplí hace tres granitos de arena. Ah, y si acepté fue para ayudar a mis papás. Triste que su negocio comenzó a tener problemas. Pero lo menos que quería era tener que soportar a esos chamos, un peo total. Solo espero que esta manguanga vaya mejor de lo que pienso que irá, porque ya se me va a caer el pelo de el estrés. ✓ 𝗘𝘀𝘁𝗲 𝗳𝗶𝗰 𝗳𝗼𝗿𝗺𝗮 𝗽𝗮𝗿𝘁𝗲 𝗱𝗲𝗹 𝘂𝗻𝗶𝘃𝗲𝗿𝘀𝗼 "𝗹𝗮 𝘃𝗲𝗻𝗲𝘇𝗼𝗹𝗮𝗻𝗮 𝗱𝗲..." ✓𝗣𝗿𝗼𝗵𝗶𝗯𝗶𝗱𝗮 𝗰𝗼𝗽𝗶𝗮 𝗱𝗲 𝗲𝘀𝘁𝗮 𝗼𝗯𝗿𝗮. 𝗠𝘂𝗰𝗵𝗼 𝗺𝗲 𝗷𝗼𝗱𝗼 𝘆𝗼 𝗲𝗹 𝗰𝗼𝗰
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