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Cuando digo que a mi nadie me gana en Mario Kart...

Es porque, nadie me gana en Mario Kart mamapingas.

—¡Vergación, vas a escoñetar los controles! Bájale dos que esa mierda cuesta más que mi vida —escuché las quejas de mi hermano, pero nunca le hecho caso y en ése momento menos lo iba a hacer. En lo único que estaba pendiente era en volver mierda el carro de JungHyuk con la bomba que traía mi luigi en la mano.

Cosa que hice, por supuesto menorki. Yo soy es una LACRA.

—¡TOMAA, COME PLOMO, PLO PLO! —solté con emoción en mi lugar, viendo como mi Luigi se colocaba en el primer lugar nada más con Mario detrás el cual era el personaje de Minseong, mi compañero de equipo.

—¡Demonios, mis potenciadores! —JungHyuk gruñó en japonés, apretando los botones con todas sus fuerzas para que su Yoshi recobrara su puesto de nuevo.

—¡fuck, esta mutherfucker princess is too lenta! —chilló Anne en la típica combinación de idiomas que usa cada vez que se altera.

Que es en cualquier momento que juegue videojuegos, en general.

No es la mejor en los juegos de nintendo.

Pero es una pro en el Call Of Duty y en The Legend Of Zelda.

Hyuk chasqueó la lengua al escuchar la voz de Anne quejarse —te dije que Peach no es nada rápida. No entiendo porqué aún así la tomaste a ella.

Anne bufó acomodándose en su lugar, por mucho que lo intentaba no salía del último lugar.

Pobre alma en desgracia.

—Es que me gustó su auto —hizo un puchero.

—Si el auto es lindo es lo que menos importa, Marianne Rostencowsqui Wolowits.

—¡Ése no es mi nombre completo, idiota!

—Más atención al juego —canturreó Minseong. Habíamos agarrado cada uno un cubo de potenciadores y a los dos nos había tocado un cohete de esos arrechisímos que te llevan de una a la meta.

Andabamos prendísimos en candela.

Ni aunque viniese el mismisímo señor nintendo pa' aca perderíamos, papa'.

—¿En qué momento agarraron esa vaina? —Axel cuestionó acostado de cabeza en la cama de Anne. Traía una picazón de culo que terminó arrechando a la carajita y lo mandó al rincón a que se calara él sus propia necedad. Al final se puso a ver los perfiles de Insta de las chamitas venecas que se habían hecho idols hace poco.

—Ni yo sé, —murmuré esquivando a JungHyuk porque el grandisímo becerro quería pegarme con un caparazón para quitarme el cohete —magia pokémon será. ¡MinMin, ya!

MinSeong le dió al botón del control para usar el cohete y yo hice lo mismo, al momentico nos impulsó hasta la meta.

—¡Noooo! —Anne tiró el control en la mesa frente a nosotros y pataleó como carajita.  JungHyuk dejó igual el control en la mesa y se cruzó de brazos, montando tremenda cara de culo y comenzando a empujar con su lengua el interior de su mejilla.

Tenía la misma maña que el chamito de BTS, JungKook.

JungHyuk es más mañas que gente.

—Arrecho perder en tu propia casa con tu propia consola Anne —Axel soltó una risa de bruja sin mirarnos, como una carajita popular de las películas de adolescentes de los 2000, nada más pendiente del teléfono. Anne se levantó y le lanzó una almohada con forma de panda, con tal puntería que a Axel se le cayó el teléfono en la jeta —¡AY, BECERRA!

Niña venezolana  ➤ Yeonjun, Soobin ꒰txtDonde viven las historias. Descúbrelo ahora