Nuestro lenguaje es lo único que conservamos. Todo lo demás les pertenece a ellos. Ahora esto me pertenece a mí. Y a la historia de la humanidad. Un día el cielo dejó de ser azul y se tiñó de naranja. Las personas comenzaron a flotar y al suelo volvieron sus restos. Los que permanecieron abajo lo nombraron La Caída. Atrincherados en refugios improvisados, los sobrevivientes esperan que los Moliere bajen, borren sus recuerdos, tomen sus ojos y decidan su destino: Servir en la Ciudad Abovedada o ir a los campos de cultivo. Sin embargo, existe otra opción. Una donde el fracaso es la muerte directa o el fin de la interminable visita alienígena. En un mundo de silencio y sin recuerdos, los Rastreadores son los únicos que conservan sus memorias y uno de ellos ha decidido escribirlas por si aún queda alguien capaz de entenderlas.