[ADAPTACIÓN] É𝘳𝘢𝘴𝘦 𝘶𝘯𝘢 𝘷𝘦𝘻, 𝘦𝘭 𝘥𝘪𝘢𝘣𝘭𝘰 𝘨𝘰𝘭𝘱𝘦ó 𝘢 𝘶𝘯 𝘳𝘦𝘱𝘢𝘳𝘵𝘪𝘥𝘰𝘳. No es la introducción típica a un romance, pero lo prometo, es uno. El demonio en este escenario sería un demonio sexy con cuernos llamado Cuauhtémoc y el repartidor sería yo, Aris Córcega. Solo un hombre promedio que se metió de cabeza tratando de evitar que su hermana gemela vendiera su alma. Mira, para desencadenar la ira demoníaca del Infierno sobre la tierra, Cuauhtémoc necesita una vasija mortal para contener la semilla de su ejército demoníaco. No se suponía que fuera un embarazo literal, pero mi imaginación hiperactiva siempre ha causado problemas. Grandes problemas, en este caso. Toda una legión de ellos. Es posible que medio odie a Cuauhtémoc, pero tendremos que aprender a tolerarnos mutuamente para mantener a salvo a nuestro pequeño paquete de alegría infernal y, con suerte, no destruir nuestros dos mundos en el proceso. Pero bueno, en el lado positivo, sabes lo que dicen sobre los tipos con cuernos grandes.