Maksim Zakharov es un joven de veintidós años que reside en Múrmansk, una pequeña ciudad al norte de Rusia azotada por el mal clima y el pesar característico de las ciudades soviéticas. Padeciendo una severa depresión que le lleva al extremo y dominado por una profunda apatía que le arrebata el sentido a todo lo que le rodea, Maksim narra en medio de la soledad y en primera persona todo lo ocurrido durante una semana de su aburrida y monótona vida, describe las condiciones pésimas en las que vive, declara qué es lo que le ha llevado hasta ese punto y confiesa sin pudor los oscuros pensamientos que incluso cuatro años después de ser diagnosticado con depresión psicótica le siguen atormentando hasta la desesperación. Así, sin una vida que vivir y sin ganas de querer vivirla, Maksim se encierra en su casa, al resguardo del mundo, olvidado por los suyos y con la terrible sensación de ser un extranjero en sus propias tierras, esperando a que llegue el momento de su inminente muerte que poco parece que les acabará importando a los pocos que le rodean.