Guillermo odia a los alfas. Odia su aroma, odia su voz de mando, odia lo territoriales y posesivos que son. Odia su carácter, odia su porte y odia lo dominantes que son. Y sobre todo, odia a aquellos alfas que tratan de cortejarlo. Quién diría que terminaría en cinta a causa de dos tontos alfas.