Dylan está disfrutando de sus vacaciones. Lejos de todo el asunto de mafiosos y armas, él se encuentra acostado en una silla frente a la playa mientras bebe todas las margaritas que puede consumir antes de tener nauseas. Es una dulce vida. Aunque no por mucho. No cuando alguien llega a hacerle una visita. Ni cuando el musculoso tipo del bar le dice que está interesado en él. Necesita una solución para el problema de tres, pero... está de vacaciones. Sabe que tiene que disfrutar de su tiempo libre mientras pueda, porque a pesar de estar fuera de acción, los problemas todavía no han terminado y sus vidas están en riesgo. Y la traición puede venir de cualquier parte.