A veces en el silencio de las frías noches de invierno se puede escuchar una bella, pero triste melodía, su viejo corazón marchito sigue tocando fielmente las desgastadas teclas de aquel viejo piano, las pinturas aun permanecen intactas en el baúl del sótano, y su alma, su alma viajó para nunca más volver. Sigue esperando como el primer día, y como lo prometió...