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Fue un beso lento, pero a la vez apasionante. Por primera vez me sentía querida por un chico, porqué hasta antes, digamos que los chicos no eran mi fuerte. 

Una vez nos separamos ajuntemos nuestras frentes, nos miramos a los ojos y susurré: gracias.

Volvió a acercarse a mi y me dio un pico.

Los dos sonreímos. Empezó a levantarse aire, así que él, con todos sus modales me ofreció su chaqueta.

___: No, gracias. No quiero que pases frío.

Rubén: Estando a tu lado estoy perfecto, no siento nada, solo ganas de besarte de nuevo, como si fuese un disco rayado repitiendo canción.

Sonreí, le abracé y me puso su chaqueta por encima.

De camino a casa, antes de llegar a donde estaba la bicicleta me iba dando la mano, como las parejas. Aunque cuando nos veía alguien nos soltábamos para que no inventasen nada.

Rubén: Oye, gracias a ti.

___: No tienes porqué dármelas. Al contrario, te las tendría que dar yo a ti siempre.

Rubén: ¿Por qué?

___: Por besarme.

Rubén: Lo haría siempre, cada día, a cada hora.

Finalmente llegamos al árbol donde dejamos apoyada antes la bicicleta, aunque desgraciadamente no está.

___: ¿Seguro que era aquí?

Rubén: Sí, Dios. ¡Qué me la han robado!

___: Tranquilo, vamos a denunciar.

Al fin relajé a Rubén, el pobre estaba más que nervioso.

Camino al pueblo, andando, habían unos 10 minutos si ibas rápido, y si no 20 aproximadamente.

A Rubén le cambió la cara cuando saqué el móvil, busqué una canción en Spotify (exactamente, "Noche y día") y la puse con el volumen a tope. Empecé a cantarla y bailar mientras andábamos. Él dibujo esa sonrisa tan perfecta que tiene en su rostro, y empezó a cantarla conmigo. Me cogía y me daba vueltas. Desgraciadamente el tiempo pasó volando y ya habíamos llegado al pueblo.

Rubén: Vete ya para casa, vas a coger frío.

___: Mamá estará preocupada, siento no poderte acompañar.

Rubén: Tranquila, anda ves. Luego hablamos.

Se acerca, le voy a dar un beso y me gira la cara y me pone la mejilla. Se ve que le gusta hacerse el duro, me gusta.

Camino a casa iba tarareando la canción, sin parar de sonreír.

Mamá: ¿Qué tal?

___: Perfecto.

Mamá: ¿Quién?

___: Él.

Sin darle más explicaciones subo a mi habitación, y recuerdo que no le he devuelto la chaqueta. ¡Dios, pobre, se va a helar!

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