Al cabo de poco, cinco minutos aproximadamente o menos, pica la puerta.
Doctora: ¿Se puede? Vengo cargada.
___: Sí, pasa.
Al entrar le miro las manos, en ellas sujeta un peluche enorme. Un osito precioso, y, en la mano de él, hay un sobre enganchado.
Doctora: Han dejado esto para ti, se nota que te quieren eh.
___: Sí, se nota...
No puedo dejar de mirar al oso y sonreír, sonreír con esa sonrisa tonta que me sale al mirar a Rubén.
Una vez ella ya se a ido me levanto con cuidado de no quitarme ninguna cosa de las que llevo enganchadas, cojo el sobre y lo abro.
Dentro hay una carta, la cual pone:
"Puede que no sea el mejor, pueda que no sea un príncipe azul, pero lo que sé seguro es que quiero una vida junto a ti. Con tus pros y tus contras, con tus días y tus noches, con tus tormentas y tus días soleados. Me he dado cuenta de que ya no sé vivir sin ti. Pasan las tardes y no paro de preguntarme que hará mi niña preciosa. Si ya estará mejor, o si seguirá cagándose en mi. Pero pienses lo que pienses, jamás pararé. Jamás me daré por vencido. Y, algún día, al fin, conseguiré tú mano, podré volver a rozar tus labios, y volver a fundirnos en uno de nuestros apasionados besos. Mientras tanto, aquí estoy, esperando a la princesa de mi cuento de hadas. Y... te llamaría mi vida, pero no quiero. Y no porqué no lo seas, si no porqué mi vida es una mierda es estos momentos en los cuales tú no estás, y no quiero llamarte algo que no eres. Te amo un mundo."
No puedo evitar llorar. Guardo la carta como puedo, o como mis manos temblorosas me dejan, en el sobre. Apoyo mi cabeza sobre el hombro del peluche, y poco a poco me voy apalancando en él, quedándome dormida abrazándolo, con una sonrisa de oreja a oreja.
Un ruido me despierta dándome un susto.
Mamá: ¿Y eso?
___: Rubén... -digo suspirando.
Mamá: Que niño más bonito.
___: ¿Tú no querías a Calum? Me lías mamá...
Mamá: Yo aceptaré a cualquiera de los dos, mientras te quiera de verdad...