A veces es complicado creer que en realidad te quieren, aunque no lo parezca. Y eso es lo que ocurre con mi madre. Para ella siempre soy la mala, la que lo hace todo mal. En cambio, mi hermana es la mejor. Siempre me compara con ella, como si fuese una Diosa o algo parecido. Os digo yo, que en realidad jode, y mucho. Duele muchísimo que tu madre diga que no vales para nada. Que lo haces todo mal, o que no sabes hacer tal cosa. Por ese motivo, siempre me he llevado mejor con mi padre. Él es más de mi estilo. Eso sí, cuando mi madre se comporta normal, como debería estar siempre, me lo paso genial. Luego está mi hermana. Ella es la típica que tira la piedra y esconde la mano. La cual cosa lleva a que siempre me culpen a mi, y siempre crean a mi hermana, aunque haya sido ella.
Aunque a veces, por raro que resulte, mi hermana me defiende, y dice la verdad. Como acaba de pasar ahora mismo.
*Conversación*
Mamá: ______, VEN.
___: ¿Qué? -digo resoplando.
Mamá: ¿Quién a gastado el champú?
___: Yo no.
Mamá: Tú nunca eres..
Y así hasta que al fin mi hermana a dicho...
Judith: Lo gasté yo el otro día.
Y ahí es cuando mi madre a callado, y no a dicho nada.Después de un breve resumen de familia. Empecemos con lo que de verdad os importa, la historia.
Era un día lluvioso, de esos que solo te apetece ponerte el pijama, tumbarte en el sofá y ver una película. Cuando, desgraciadamente, alguien llama a la puerta. Casualmente, es mi madre. Que se había dejado las llaves, y por ese motivo a tenido que tocar el timbre.
Mamá: Hola cielo. ¿Qué hacías?
___: Nada, ver una película. -digo mientras vuelvo al sofá.
Mamá: Me han dado una invitación para ti, es de un tal Raúl, o algo así. ¿Sabes quién es?
___: No, jamás había oído hablar de él.
Es extraño que un tal Raúl, que no conozco de nada me invite a una fiesta. Y encima chico, la cual cosa aún hace que dude más de si aceptar o no.