Esas palabras de Teresa me llegaron. Teresa le ama. Y cuando ella dice que ama a alguien, es que de verdad, al cien por cien, le ama. Necesito hablar urgentemente con Rubén.
Suponiendo que entrena, me acerqué al campo de fútbol. Y... ¡bingo! Estaba allí.
No quería gritar, ya que todos se girarían y empezarían a decir "¿es tu novia?", "vienen a verte eh" y cosas así. Me limité a sentarme en una esquina, al lado de una barra la cual separa al campo del resto del espacio. Allí sentada me tiré como un cuarto de hora, hasta que al final, el muy listo, se dio cuenta de que estaba allí, esperándole para hablar con él.
Rubén: ¿Qué haces aquí?
___: Pasar el rato si te parece. ¿Pues qué voy a hacer, venir a hablar contigo? -dije en tono "burleta".
Rubén: ¿Estás bien?
___: Perfectamente.
Rubén: No lo parece cielo...
___: Porqué no lo estoy.
Rubén: ¿Qué te pasa?
Después de esa pregunta, se acercó, con las intenciones de abrazarme. Cuando yo de repente tuve el impulso de apartarme.
___: Teresa, ¿es guapa eh?
Rubén: No me he fijado...
___: Y tiene buen cuerpo, incluso mejor que el mio.
Rubén: Oye, ¿a qué viene esto?
___: ¿Qué a qué viene esto? Tú eres un cabrón. Vamos a ver, no te hagas el tonto.
Rubén: No te entiendo, relájate.
___: No puedo relajarme. Yo confiaba en ti ¿sabes? Creía que eras especial, que por fin un chico me quería de verdad. Pero no, todos sois iguales.
Giré la cara, y me fui a paso rápido hacía donde fuese, pero lejos de ese tío. Camino a ese sitio misterioso, me topé con Calum. Aunque más que toparme, me choqué, con tan mala suerte de quedar los dos en el suelo.
___: Hola... Calum...
Calum: Hola.
___: ¿Puedo hablar contigo?
Calum: ¿De qué?
___: Lo siento, enserio. No pretendía decir eso. Perdóname.
Cinco segundos después.
Calum: No tengo que perdonarte nada. A más, pronto me pierdes de vista. ¿Qué mas te da?
___: ¿Cómo? ¿Te vas de vacaciones?
Calum: Si irte a vivir lejos, muy lejos, es irte de vacaciones... sí.
No pude ni siquiera responder. Me faltaba el aire. Me faltaban ganas de vivir.
Empecé a ponerme tan nerviosa que empecé a ahogarme, pero ya no en broma, si no de verdad.