Me despierto por culpa de música y jaleo, viene de fuera. Me asomo y está Calum, otra vez. Pero esta vez con una rosa en la mano. Muerta de vergüenza cierro la ventana, e incluso la persiana. Estaba todos, exactamente todos los vecinos, mirando lo que ocurría. Pasando de él bastante, bajo a desayunar. Aunque después de este numerito no tengo mucha hambre. Mamá no está en casa. Así que desayuno un zumo y voy a ponerme el chándal. me vuelvo a asomar por la ventana, pero esta vez por otra, para no tener que subir la persiana y no se oiga.
___: ¡¿Mamá?! -digo cabreada.
Mi madre estaba allí, con Calum y toda esa multitud de vecinos. ¿Se puede saber que hacía allí? ¿Para que se mete?
Calum empezó a tararear una canción nada conocida, o al menos por mi. Hice entrar a mamá en casa y que me explicase que hacía allí.
Mamá: Míralo, pobrecito. Te quiere.
___: Pues yo a él no, y aún menos ahora. ¡Qué nos conocemos desde hace un día!
Mamá: Se a enamorado el chiquillo...
___: ¿Enamorado? ¡Lo qué faltaba!
Mi madre suda de mi, para que no me pusiera más nerviosa. Salí a la calle con unas pintas que mejor ni describirlas, y llamé a Calum.
___: ¿Puedes venir un momento?
Él se sonrojó, asintió con la cabeza y vino.
Calum: ¿Te a gustado?
___: No, para nada.
Calum: ¿Sabía que era insuficiente?
___: No es por eso. Es "original". Pero no me gustas, y yo a ti tampoco. Nos conocemos desde hace horas, es imposible.
Calum bajó la cabeza, y se fue. A medida que avanzaba por la calle iba soltando más la rosa. Hasta que llegó el momento en que la dejó caer.
___: ¡Calum, espera! -dije esperando respuesta de él, pero nada.
Todo el mundo se quedó callado, ni una alma se oía. Poco a poco se iban yendo, hasta que no quedó nadie. Conteniendo las lágrimas me senté en el bordillo de casa, y sujeté la cabeza con las manos.
Mamá: ¿Estás bien? -dijo asomándose por la puerta.
___: No... Pero la verdad siempre por delante.
Mamá: Siempre. -murmuró.
Si algo me a enseñado mi madre en todos estos años es que siempre hay que decir la verdad, aunque duela. Porqué al fin y al cabo, acabará sabiéndola. Prefiero decírselo así, que no crearle falsas ilusiones. Porqué yo soy especialista en esto. Siempre me ilusiono y luego acabo echa mierda.
Ya son las diez y poco, así que decido despertar a Teresa y que se vaya para casa. Rosa debe estar preocupada.