Capítulo 3

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Willy camina por los pasillos de la universidad, ayer no pudo dormir del todo bien pues su mente nadó en un mar de preguntas, había encontrado el local perfecto para abrir su negocio soñado, sin embargo la renta era demasiado comparado a su sueldo de medio tiempo, no podía contar con el dinero de sus padres pues ellos ya hacían muchos sacrificios ayudándole con la universidad, ¿Pedirle dinero a su novio o mejores amigos? Sin duda ellos tenían los recursos suficientes para ayudarle pero sentía su orgullo herido si les pedía el dinero, aparte sería aprovecharse de la amabilidad de los demás y eso nunca lo haría.

Suspiró resignado, no era el único negocio disponible por la zona pero sí el primero que llegaba a ser el ideal para su trabajo planeado. Como si los dioses lo escucharan en el tablero de anuncios había un gran cartel que llamaba la atención de quien pasara, como a él. Tenía unas letras grandes de color blanco que formaban la frase "Concurso de invierno", leyó los requisitos y los premios, cualquiera de los tres premios le ayudaría bastante a dar el primer depósito, pensó que era un rayo de luz para poder lograr sus planes.

Al pensar en eso también pensó en Luzu, el castaño era un sol, era esa parte alegre en su vida a pesar de que fuera reprimido por el desánimo que creaba Merlón en él. Su mente se llenó de la idea de que Luzu participara con él en el concurso, tenía la completa confianza en que con sus canciones y voz lograrían ganar alguno de los premios. El problema era que el de ojos azules tenía inseguridades respecto a la música.

Pasó toda la mañana ideando un plan para poder hacerle mención del concurso de una manera que pudiera aceptar, Luzu se dio cuenta de lo perdido que se encontraba su pareja pero decidió darle su espacio, ambos tenían mucha confianza en su relación así que iba a esperar a que el otro quisiera hablar.

La oportunidad se presentó, estaban en la sala de la casa de Willy, recién habían terminado la tarea pendiente y ahora estaban tomando un café por el frío del invierno. Era ahora o nunca, pensó Guillermo.

—Oye Luzu... Ya encontré un local para mí negocio— anunció.

—¿Enserio? ¡Que bien Wilfredito! Estás más cerca de tu meta— sonríe honestamente.

—Sí pero no tengo el dinero suficiente—.

—¿Necesitas que te preste? Puedo hacerlo sólo dime cuánto necesitas— ofrece.

—No quiero aprovecharme de ti Luzu— aclara seriamente.

—No te estás aprovechando porque yo quiero ayudarte—.

El castaño se acerca lo suficiente para rodear a su novio con sus brazos. Este acepta el abrazo acurrucándose más en su pecho.

—Puedes ayudar de otra forma—.

—¿En serio? ¿Cuál?— pregunta animado.

—Cantando...— susurra.

Luzu abre los ojos sorprendido, no entiende a qué se refiere pero el sólo hecho de mencionar la música lo hace tensarse. Willy se separa para poder ser ahora él quien lo resguarde entre sus brazos.

—Déjame explicarte, hay un concurso de invierno donde con uno de los premios reúno el dinero que necesito y estoy completamente seguro que con tu música podemos ganar—.

—Pero... Mis canciones... Yo... no creo poder— balbucea.

—Luzu— lo toma del rostro con suavidad para que le mire —Los chicos confían en ti, yo confío en ti, es tiempo de que tú también lo hagas—.

—Pero mi papá...—.

—Merlón nunca te ha escuchado cantar, si viera tu talento podría cambiar de opinión y apoyarte, si viera tu determinación—.

—No estoy seguro Willy...— admite bajando la mirada.

—Luzu, cariño, piensa en esto como una oportunidad para los dos, tú me ayudas a conseguir el dinero y yo te apoyo a que le demuestres al mundo tu valor musical—.

El castaño lo ve con duda, durante muchos años abandonó su sueño de ser músico porque su papá siempre le recordó que él ya tenía un trabajo planeado, la esperanza de dedicarse a lo que le gusta se esfumó y no sabía si la volvería a tener... Pero algo dentro de él quería hacerlo a pesar de todas las inseguridades.

—A parte ¿No te gustaría tener la experiencia? Sería algo increíble que contarle a nuestros hijos— menciona en broma aligerando el ambiente.

Luzu ríe por el comentario y a la vez se sonroja, suena lindo a su parecer contar una experiencia así.

—Bien... Te ayudaré—.

—¡Ese es mi Luzu!— festeja.

La sonrisa del castaño se ensancha por el brillo en los ojos de su pareja, aunque quiera convencer a sus inseguridades de que esto lo hace para ayudar a Guillermo, su parte egoísta sabe que lo hace más por sí mismo.

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Atte.LaDelCabelloAzul23♪

"Tiene dedicatoria" (Luzrex)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora