Prólogo

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Suna corrió tan rápido como su pierna derecha se lo permitió, se había hecho un golpe tan fuerte en el tobillo que tenía grandes posibilidades de ser un esguince.

E incluso sospechaba de que fuese algo peor.

Ya no le importaba mucho a decir verdad, lo único que quería era estar en un lugar a salvo o al menos en donde sintiera que tenía una mano amiga.

Que el pánico y el dolor se fueran enseguida al sentir un cálido abrazo.

Lo cual es bastante idiota de decir viniendo de alguien como él, pero estaba tan asustado que su mente no maquinaba bien.

Por primera vez en su vida sentía que era un niño y tristemente no podía ir a los brazos de sus padres... Si volvía a casa de seguro lo matarían.

Y esta vez no era en sentido figurado, si su padre fue capaz de golpearlo a penas vio los mensajes en su teléfono, Rintarou no sabía de que era capaz el hombre si regresaba a su casa.

Por eso mismo estaba frente a la casa de su novio en plena madrugada y tocando la puerta con desesperación.

Realmente no sabía a donde ir o con quien refugiarse.

La primera persona en quien pensó fue Osamu, porque realmente de alguna manera él estaba también metido en ese problema.

Además de que Miya Osamu le daba cierta calma y paz que era difícil de entender.

Cuando se abrió la puerta pensó que era su novio, pero era su gemelo.

Atsumu tenía todavía los ojos cerrados y se estaba quejando en murmullos, cuando los abrió, la boca del chico se le cayó a suelo.

Intercambiaron miradas durante unos segundos, Atsumu intentó acercase a él, pero Suna lo que hizo fue retroceder. Sabía muy bien que no le haría daño, Atsumu es de las pocas personas que sabe sobre su relación con Osamu, pero aún así estaba temblando.

No sabía si era el frío, el miedo, la rabia o la tristeza. Su cabeza le dolía tanto que le costaba pensar con claridad.

La mirada que le dio su amigo era de total angustia.

Suna realmente no sabía cómo estaba su rostro, pero de seguro no era nada bonito de ver.

O más bien todo su ser en ese momento no estaba bien, tanto de manera física como mental.

—¡Samu! —El grito de Atsumu no era el de siempre, era más agudo y tenía un toque de horror en su voz.

Este mismo volvió a gritar con más urgencia, Suna se empezó a inquietar.

En ese momento se escucharon sonoras quejas de su novio y especialmente de la madre del mismo.

Perecía que estaban discutiendo.

—¿Por qué gritas a estas horas Atsumu? ¿Quieres que te lance un zapato o qué? —Exclamaba la mujer molesta.

Cuando los otros dos se acercaron a la puerta principal y lo vieron, la mujer soltó un chillido que de seguro media cuadra escuchó y Osamu se acercó a él lo más rápido que pudo.

Suna abrió la boca para tratar de soltar alguna palabra, pero no pudo, su voz lo único que emitió fue un desgarrador susurro que ni siquiera se entendió.

Abrazó a su novio como si su vida dependiera de ello y ocultó su cabeza en su hombro, a pesar que él es más alto que su novio; Suna se sentía realmente cómodo en los brazos de Osamu.

Y en ese momento, justo en ese momento, rompió en llanto.

Cual niño pequeño que rompe sin querer su juguete favorito o se pierde en un supermercado y no encuentra a sus padres.

Para desgracia de Suna Rintarou, él no podía buscar a sus padres. Porque ellos fueron los causantes de que él esté en ese momento roto.

Con aquellos sentimientos de culpa y dolor en su mente.

Estaba llorando todo lo que no pudo mientras su padre lo golpeaba, no es que Suna se aguantó sus lágrimas, fue la impresión de ver tal reacción de su progenitor lo que le impidió llorar.

Además, por supuesto, priorizar su vida. Porque Suna Rintarou sintió que podía morir en ese momento.

Al principio Osamu no reaccionó de la impresión de verlo llorar y aferrase a él con tanta fuerza, pero luego lo acercó a su cuerpo. Sin embargo, Suna soltó un gemido lleno de dolor al sentir los brazos de su novio a su alrededor.

Nuevamente la espalda le dolía y sus piernas ardían.

No sabía que era más fuerte, si el dolor en su alma o todos los golpes que estaba recordando que tenía.

—¿Rintarou-kun? —Preguntó la señora Miya con voz temblorosa.

—¿Sunarin estás bien? —Susurró Atsumu.

Pero él no daba ninguna respuesta, simplemente lloraba sin parar en el hombro de Osamu.

La madre de los gemelos suspiró.

—Vamos a entrar, esas heridas no se van a curar solas.



Hello, Soy Dany y esta es mi nueva historia jejejeje. Espero que les guste.

Si no me conocen es un justo, soy experta en crear dramas familiares y crisis existenciales.

Si ya saben como escribo pues he aquí lo prometido y gracias por leer esta nueva historia.

Muy bien, esta historia va a tener más detalles que "Level of concern" respecto al abuso y va a haber más drama por lo que ven. Quiero que sea un poco más grafico ya que en el otro libro todo lo dejaba más a la imaginación.

Diría que es un experimento y espero que salga al menos presentable.

Lo único que me preocupa es no poner en su totalidad las personalidades de Suna y Osamu, me cuesta un poco escribir sobre personajes con personalidades como la de ellos. Sin embargo, haré todo lo posible para apegarme a ellos.

Eso si, habrá mucha más tensión y drama.

¿Es necesario leer  "Level of concern"? No, ya qué pasa antes de esa historia y esta historia simplemente se menciona en un extra. No afectan en el desarrollo de ninguna de las dos historias.

¿Están en el mismo universo? Si, pero no tienen completa relación.

Respecto a los capítulos sigo pensando en 15 o 20.

Sin nada más que decir...

Nos leemos ❤️

100 band aidsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora