VI

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Osamu hizo todo lo posible para que su padre no se quedara tanto tiempo en la casa o al menos poder escuchar la discusión que tendrían sus padres y su novio.

Hizo el desayuno tarde, escondió los zapatos de su padre, el uniforme de su hermano, sus útiles los guardó de forma brusca, cambiaba a cada rato lo que quería comer; etc. Hasta que su mamá empezó a amenazarlos con que dormirían afuera y se quedó quieto.

Él y su madre todavía no hablaban de la manera deseada.

Tal vez no le daba una mirada hostil, ella seguía al tanto de él y lo regañaba igual que a Atsumu; pero había cierta distancia que no le agradaba a él.

Caminaba por la calle de su cuidad, pasando tranquilamente... Podía ser un día cualquiera, pero realmente no lo era.

Tanto Osamu y Atsumu debían inventar excusas creíbles por tres días sobre la ausencia de Suna; sobre todo el primero ya que él estudia en la misma clase.

En cuanto a Atsumu es por ser el capitán del equipo.

Debían hacer que todos le creyesen, no podían decirle a Gin la verdad porque temían que se fuera todo a la borda.

El objetivo principal es que la escuela no llame a los padres de Suna, fuera de eso, todo de maravilla.

Sin embargo, no todo debía ser tan fácil.

Todo el día pasó volando, ambos hablaron sobre las misma situación: Suna Rintarou había pescado un resfriado tan fuerte que no podía levantarse de la cama.

Se limitaban a contestar eso y ya, las únicas personas que se le quedaban viendo de manera sospechosa eran Gin, quien es amigo de los tres desde hace mucho y el joven Heisuke, quien ya es un chico de segundo año y ha tenido más proximidad con ellos que cualquier otro de los más jóvenes del equipo. A pesar de esas miradas, los gemelos, no decían nada al respecto.

Osamu pensó que sobrevivirían el primer día, grave error.

Afuera de la escuela se encontraba una de niña que observaba todo el lugar con gran disgusto.

Ella los vio salir y se acercó a pasó veloz a los gemelos.

Gin también frunció el ceño al verla.

Suna Temari estaba frente a sus ojos, la hermana menor de su novio se veía sumamente molesta.

Cuando estuvieron cara a cara ella dijo:

—¿Donde está mi hermano?

Atsumu se rió levemente con nerviosismo y agarró por los hombros a Gin diciendo un sin fin de disparates y alejándose de la Suna más joven.

Dejó a su hermano como sacrificio, pero si decían algo frente a Gin... Tal vez las cosas se pondrían peor.

Mientras menos personas sepan del problema, mejor.

—¿A qué te refieres? —Pregunta Osamu, era mejor fingir que no sabía nada.

Como diría Atsumu en cualquier situación donde sabe la respuesta, pero no la dirá: hazte el loco y finge demencia.

La joven Suna, que tiene exactamente los mismos ojos que su hermano mayor, ese encantador color entre verde y un precioso dorado que lo hacía enloquecer... Con esa respuesta lo que hizo fue que lo observara con más rabia.

—No me mires como si no supieras nada, ustedes se la pasan pegados el uno al otro todo día ¿Donde está?

—De verdad no sé de qué estás hablando, Temari-Chan.

100 band aidsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora