Capitulo 5

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—¿Qué tengo qué?.—preguntó ____ todavía con los ojos abiertos.

Tom tragó en seco. ¿Besar a ____? ¿Su mejor amiga? O peor aún, ¿besar a una lesbiana? Eso si sería incomodo, considerando que sin importar lo bueno que él fuera besando a las chicas ella no lo disfrutaría, es más le daría asco. Ja, es la podía entender porque se colocaba en la situación en la que estuvieron metidos Rupert y Daniel, él nunca besaría a un chico y si lo hace de seguro lo que menos haría sería disfrutarlo, estría rogando porque la tortura se detuviera.

Él no quería que ____ se sintiera así, no ella.

—Creo que no eres lo suficiente idiota como para no entender lo que dije. Tienes que besar a Tom.—dijo Rupert utilizando las mismas palabras que ella había utilizado con él.

Karma, esto definitivamente era karma hacia ella.

____ miró a Tom como preguntandole, "¿lo hacemos?" a lo que él simplemente respondió con un encogimiento de hombros, a él no le importaría en lo personal pero era la desición de ella.

____ suspiró y sin previo aviso se acercó a Tom y lo besó. Al inicio Tom se sorprendió pero rapidamente reaccionó correspondiendole el beso, ambos se encontraban tensos pero a medida que iban pasando los segundos comenzaron a relajarse. Sus labios se movían con cierta sincronía como si hubieran estado mucho tiempo practicando para ese momento.

—Lengua... —escuchó que susurraba Deaniel e inmediatamente Tom hizo caso a su petición y comenzó una guerra de lenguas hasta que los treinta segundos estuvieron pasados provocando su separación.

____ reprimió un jadeo, y trato de demostrarse segura y calmada que era totalmente lo contrario a como se sentía realmente. Mientras que Tom por otro lado, estaba tratando de asimilar la situación. Había besado a su mejor amiga lesbiana y la situación no le resultó incomoda ni tensa, es más, le resulto placentero.

—Bien, ¿a quien le toca ahora?.—preguntó Tom acomodanse de forma de tratar de alejar esos pensamientos de su mente.

No podía pensar así, ¡no de ella!

____ lo miró un segundo en su lugar antes de dirigir su mirada hacia Alfred.

—Ay, no.—susurró éste antes de ella sonriera de forma malevola.

Y así sin más todo volvió a la normalidad, igual que cuando Rupert y Daniel se besaron, todos hicieron como que nada sucedió.

La noche transcurrió entre risas, tragos, retos, verdades vergonzosas, idioteces, y de más, hasta que el reloj de la cocina ya marcaba las tres de la mañana.

—¿Te llevo a tu casa, nena?.—preguntó Tom cuando ambos ya se estaban arreglando dispuestos a irse.

—Obvio, idiota. ¿Crees que me voy a ir a pie a las tres de la mañana?.—contestó ___ de mala gana. Tom rodó los ojos.

—Tan linda que es ella.—comentó Daniel a sus espaldas.

—¿Saldremos mañana? Supe de una fiesta a un par de calles de aquí.—dijo Alfred llegando a la puerta.

—¿No te cansas?.—preguntó ____ recibiendo una sonrisa como respuesta.

—Nos colocamos de acuerdo mañana.—habló Tom.

—Bien, nos vemos chicos.—dijo Daniel mientras cerraba la puerta después de que ellos tres comenzarán a caminar hacia el estacionamiento.

—¿Y Rupert?.—preguntó ___ notando su ausencia.

—Dijo que se iría después.—dijo Alfred sin darle importancia.

Al llegar al estacionamiento Alfred se subió a su auto, no sin antes despedirse, al igual que lo hicieron Tom y ____. Ella se fue durmiendo todo el camino a casa, estaba exausta no era la tipica chica de fiestas pero tampoco era de las que se quedaban en casa, ella simplemente era ella.

Tom le dirigió una leve mirada antes de volver a mirar hacia la carretera.

Ella era muy bella, no lo podía negar. Y tenía un gran sentido del humor, pero sobre todo lo entendía. Siempre ha estado para él a pesar de que el puede comportarse como un idiota a veces, ella seguía a su lado y nunca lo criticó por lo que le hace a las mujeres, nunca lo juzgó por ser un mujeriego ya que ella entendía el por qué lo era, veía lo mismo que él en las chicas pero ese beso...

Tom sacudió un poco su cabeza. No. Ese beso había sido eso, un beso. Y a pesar de que él lo disfrutó y al parecer ella también, nada iba a cambiar. Fue solo uno de los estúpidos juegos de Daniel, nada más. Y aunque significará algo, ella es practicamente prohibida para él, siempre lo ha estado y él siempre lo ha visto así. Siempre ha visto a ____ fuera de su alcance, ya sea por su condicción sexual como por como es ella. Es demasiado buena para él. Aparte de que nunca se fijaría en un chico como él, más bien nunca se fijaría en un chico y aunque le costaba aceptarlo era lo que más le dolía.

—Nena, ya llegamos.—susurró mientras la movía para poder despertarla.

—¿Ah?.—dijo ____ levantandose de a poco, se pasó una mano por la cara y lo miró sonriendo de lado.—Gracias por traerme, idiota.—se acercó a él y le besó la mejilla antes de salir del auto.

Tom se le quedó mirando y suspiró antes de volver a mover su cabeza.

____ subió despacio hasta a su habitación procurando no despertar a su madre. Su madre la dejó salir con la misma condición de siempre: debía estar acompañada de Tom. Ella rodó los ojos mientras entraba a su cuarto. Su madre ama a Tom y espera que algún día ellos esten juntos.

Para ello él primero tendría que saber que soy hetero, pensaba ella.

Sin quitarse nada además de los zapatos se tiró en su cama matrimonial que tenía solo para ella.

Un mensaje brilló en su celular.

Duerme bien, nena.
-Tom.

Sonrió, pero rapidamente esa sonrisa se desvaneció. Ese beso había significado más de lo que debería para ella. No fue lo que esparaba, fue mejor. Lo malo es que se dió cuenta de algo: extrañaba estar con un hombre. Extrañaba ser besada por un hombre, ser tocada, ser abrazada, ser querida por un hombre. Tom ni los chicos contaban porque todos ellos nunca intentarían algo con ella, no mientras fuera "lesbiana". Pero definitivamente extrañaba a los hombres. Y ella estaba segura de que eso le traería más de algún problema, y no se equivocaba.

Mi mejor amiga lesbiana (Tom Felton y tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora