Capitulo 6

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____ se encontraba juntando video juegos en su cuarto con comida y bebidas a un lado antes de que su madre entrará distrayendola por completo haciendola perder el juego.

—¡Oh, mierda!.—exclamó.—Estaba apunto de romper mi propio record.

—Cuidado con esa boca, ____.—ella rodó los ojos.

—¿Qué sucede?

—Tom está abajo.—le informó.

____ se levantó de su lugar, vestía unas leggins negras con una remera celeste además de unas converse. Su madre negó con la cabeza mirandola con el ceño fruncido.

—Deberías ser más femenina, hija, atraerías a más hombres.—ella rodó los ojos sin la que pudiera ver. Pasó a su lado y bajó rapidamente las escaleras ignorandola por completo.

No tendrían esa conversación, no de nuevo. Su madre odiaba la forma en que ella vistía junto con su actitud, decía que era muy "masculina" para una chica, solo porque ella odiaba los vestidos y las faldas además del rosado. Su madre es de esas que les agrada el maquillaje, los vestidos, arreglarse las uñas, teñirse el cabello, hacer yoga para tener una buena figura, nada parecido a ____.

A veces ella se preguntaba si eso lo sacó de su padre, a quien nunca conoció pues murió el mismo día en que ella nació cuando iba a camino al hospital. Si , un poco trágico. Su madre más que el que fuera femenina esperaba que tragiera a un chico a la casa y que lo presentará como su novio, eso era lo que ella hacía en la secundaría como toda adolescente asi que cuando Tom llegó a su casa por primera vez ella se sorprendió mucho y desde entonces espera a que esten juntos, solo porque es el único chico que conoce que pase tiempo con su hija.

_____ abrió la puerta principal encontrandose con un sonriente Tom que la miró de arriba a abajo sin disimulo alguno. Admiraba su forma de vestir, tan... simple. No le importaba lo que la gente dijera de ella por no vestir como las demás, era una de las cosas que adoraba de ella.

—Mis ojos están en mi cara, idiota.—dijo ____ atrayendo nuevamente su atención a sus ojos.

—Si, lo sé. Aunque creo que prefirías cambiarte.—ella frunció el ceño.

—Son las ocho de la tarde, ¿por qué querría cambiarme?

—Porque vamos a una fiesta.

_____ hizó memoria recordando las palabras de Alfred ayer en la noche antes de que se fueran del departamento de Daniel.

—¿La fiesta a dos calles del departamento de Daniel?.—preguntó a lo que Tom simplemente asintió.

—Iré a colocarme unos jeans, esperame aquí.

Tom volvió a asentir antes de verla como corría subiendo las escaleras. Se apoyo en la pared al lado de la puerta principal esperandola, mientras _____ estaba en su cuarto cambiandose de pantalones. Si iba con leggins seguramente se moriría de frío asi que prefería ir con unos jeans.

Después de informale a su madre sobre su salida recibiendo el tipico sermón que decía que debía cuidarse y volver a la hora que le correspondía, bajó las escaleras y cerró la puerta principal de un portazo dirigiendose hacia el auto de Tom.

—Vas a venir ¿o qué? Todavía no tengo licencia de conducir.—dijo ella mirando como él estaba de pie sin moverse. Tom rodó los ojos y la siguió.

El viaje hacia la casa donde se realizaría la fiesta no fue demasiado largo, duró alrededor de unos viente minutos en los cuales ____ y Tom no pararon de hablar sobre estupideces como solían hacerlo. Era uno de esos momentos en los que ella no podía parar de reírse de él y de las idioteces que hacía o decía.

Cuando llegaron al lugar Tom se estacionó una cuadra antes pues todo el alrededor estaba lleno de autos. Daniel, Alfred y Rupert no taradaron en llegar todos por separado, por lo que cuando estuvieron todos se dispusieron a entrar no sin decir, como siempre, sin decir las "reglas de fiesta".

—Y recuerden que cualquier cosa que suceda todos andamos con celular, ¿entendido?.—dijo Rupert a lo que todos asintieron.

—Bien, ¡a divertirse!.—gritó Alfred.

Y sin más todos se fueron por su lado como era siempre. Los cuatro chicos iban en busca de alguna chica con la cual ligarse en la noche mientras que _____, que se suponía que estaba haciendo lo mismo, se iba directamente hacia el que se suponía que era el bar para beber unos tragos antes de comenzar a bailar.

_____ caminó hacia el bar de la gran casa y se sentó en uno de los asientos frente a ésta esperando que la atendieran. Después de unos dos minutos esperando un chico castaño de ojos verdes se le acercó. Era realmente guapo, y se veía mejor aún con su uniforme de barman. Ella se preguntó como se vería con unos shorts y una camiseta, de seguro más caliente aún. Antes de darse cuenta, ya se encontraba comiendoselo con la mirada y hubiera seguido de no ser porque barman-caliente le habló.

—¿Que deseas beber, preciosa?.—ella se sonrojó ante su comentario.

¿Qué le sucedía? No podía sonrojarse por algo tan estupido como eso, solo la había llamado preciosa y ella ya estaba como un tomate.

—¿Me das un vaso de vodka, por favor?.—pidió ignorando al color de sus mejillas. Ella no cambiaría su actitud solo porque un chico lindo se había fijado en ella, aunque eso no era del todo cierto pues era su trabajo.

—Ya, mismo te lo traigo... —dijo esperando a que ella le dijera su nombre. Luego de considerarlo unos segundos respondió.

—_____, ¿y tú eres?.—barman-caliente le sonrió mostrando todos sus dientes.

—Sebastián, un gusto.—ella le sonrió por cortesía.—Ya mismo traigo tu vodka, ____.—se fue no sin antes guiñarle un ojo.

____ rodó los ojos. No quería ligarse con nadie esa noche, bueno nunca queria ligarse. Pero algo en su interior le decía que hoy si debía hacerlo.

"Besaste a Tom, y te gustó. Debes dejar de ser "lesbiana" por lo menos una noche, además los chicos nunca se enterarán estan ocupados metiendo su lengua en la boca de alguna puta por ahí, tu lo extrañas, una noche no te hará daño", le decía su conciencia.

____ miró a su alrededor buscando una cara conocida antes de volver a dirigir su mirada hacia el barman-caliente llamado Sebastián, el cual la estaba mirando fijamente con una sonrisa mientras preparaba su pedido. Ella se mordió el labio. En cierto caso su conciencia tenía razón, había pasado toda la noche pensando como sería volver a ser heterosexual por lo menos unos minutos y esta era su oportunidad solo dependía de ella si la tomaba o no.

—Aquí tienes, espero que te guste, preciosa.—ella le sonrió.

Una noche no cambiaría nada, ¿no?

Mi mejor amiga lesbiana (Tom Felton y tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora