ℑ 𝔰𝔴𝔬𝔯𝔢 ; ℙ𝕒𝕪𝕥𝕠𝕟 𝕄𝕠𝕠𝕣𝕞𝕖𝕚𝕖𝕣.

O8 - Besos.

📍 MOORMEIER'S HOUSE (11:3O PM)
NORTH CAROLINA [monday]

estaba en la sala de mi casa hablando con bella, recién de estar un día entero con ella, como hacía diariamente. por la mañana fuimos a dar un paseo, y por la tarde, fuimos a una cafetería que conocimos hace unos días cuando íbamos al cine.

este último mes había sido realmente especial para mí, y tan solo por el hecho de estar con bella, ella hace que con tan solo un "hola" provoque miles de emociones en mí.

— hey payton, ¿está hablando con tu novia? isabella, ¿no? —preguntó faith bajando las escaleras.

— no le gustan que le digan isabella, mejor dile bella —dije evitando su anterior pregunta.

— ya, entonces, ¿si estas hablando con ella? —preguntó sentándose junto a mí.

— metete en tus asuntos faith —dije rodando los ojos.

— no gracias —dijo.

— pues déjame en paz —dije levantándome del sofá—, buenas noches —dije subiendo las escaleras.

llegué a mi habitación esperando una contestación a mi pregunta: "¿qué inventaste para qué tus padres no supieran qué estabas conmigo? jajaja". no éramos una pareja, pero sus padres no sabían que su hija había pasado todos los días del mes de septiembre conmigo.

al ver que no me respondía, mire la hora, y así fue como entendí que no me hubiera contestado, eran las doce menos veinte de la noche, probablemente ya estaría durmiendo.

cerré la puerta de mi habitación y luego me quite la camisa para dormir, me metí en las sábanas y deje mi teléfono en mi mesa de noche, lo cual me fue en vano, pues al momento sonó, pero no un mensaje, si no una llamada o videollamada. tomé el teléfono y era bella, tenía una camisa de tirantes blanca junto con un pantalón largo gris, estaba sin maquillar, tenía un moño desordenado y llevaba sus gafas negras, ¿cómo se puede ver tan linda así?

— hey, espero no haberte despertado —dijo acomodando su pelo sonriendo.

— hola —sonreí—, no pasa nada, no estaba durmiendo, ¿por qué lo dices?.

— uhm, pues, bueno, como estabas en la cama, pensé que estabas dormido —alzó sus hombros.

— oh, no, recién me acostaba, pero igual no tenía sueño —reí.

— yo tampoco —hizo un puchero— oye, no se si te parezca muy raro o algo así, pero, ¿te parece si nos vemos? —río.

— me encantaría, pero a está hora no hay nada abierto —dije haciendo un puchero.

— podríamos ir al cine que sí está abierto, ¿te parece? —preguntó apoyando su cabeza en sus rodillas flexionadas.

— está genial, paso por tí en cinco minutos —dije.