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Argentina caminaba feliz mente junto con un nuevo amigo que se habia echo. El nuevo amigo de Argentina era el hermano de Japón, osea “Corea del norte”. El era igual que su hermana, pero más relajado.
—— Bueno, fue un gusto pasear con vos Corea. No quieres irte en un taxi? —— hablo Argentina preocupado, no mentiría. Minutos antes habia visto una gran silueta seguirlos. Y eso le daba bastante pánico, pero a lo mejor era su imaginación.
—— No hace falta! Argentina-sempai! Digo, Argentina-kun. ——
—— D-de acuerdo Corea, es solo que...——
—— Argie....—— corea acarisio lentamente la mejilla del latíno el cual levanto la mirada para poder ver al mayor. Corea, pudo notar en esos hermosos ojos color ámbar, preocupasion. Algo más que preocupasion de amigos....no, no creia que el a el Argentino le allá gustado.——....voy a estar bien, no te preocupes. Si? Todo estará bien ——
Argentina solto un suspiro, para luego ver a Corea y despedirse de él.
—— Oye, no estes triste. Ven, dame mi besito de despedida. —— Argentina sonrio y le dio un besito en la mejilla. Para que luego Corea prostetarle que queria más, y haci Argentina termino besando por todas partes la cara del coreano.
—— adiós Argie! ——
—— adiós Corea. ——
Pasaron las horas, en sierto momento un hombre lo detuvo y le pregunto la hora.
—— ho, bueno...- —— corea no pudo terminar ya que un cuchillo atravesó su garganta.
—— es la horra de dorrmirr~ dulce sueños correa del norrte —— El asesino de corea fué en dirrección a una casa, obviamente se puso guantes de latex, para que no puedan detextar las huellas dijistes. Fue el jardín trasero de una casa, tomo la pala de esta y empezo a cabar un poso. Al terminar de cabarlo tiro alli el cuerpo de corea, y volvio a rrelenar el poso. Cuando el asesino por fin llego a su casa. Lentamente limpio el cuchillo, lo volvio a poner dónde estaba. Y se fue a dar una ducha.
Al terminar de lavarse fue a su cuarto y de su mochila escolar saco una carta. Luego de eso tomó un laso rojo y lo enredo en la carta. Para luego llevarlos a una casa. Fue por una de las ventanas y la dejo suavemente en la mesa de noche de una persona. La cual era nada más y nada menos que Argentina. La dejo suavemente en su mesita de luz. Para luego marcharse sigilosamente de allí.
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— Que sueñes con los angelitos~ mi pequeño sol~ ——
