HaruDai (One-shots)

🎄Feliz Navidad🎄

Kambe Daisuke un millonario que vagaba por las calles nevadas de Tokyo, no había nada que hacer ya que su abuela y Suzue habían salido a Londres ¿Para qué? Él ni sabía y no le importaba en ese momento, ni la fecha en ese momento que era un veinticuatro de diciembre...noche buena...no tenía con quién pasarla a decir verdad así que sería como un día normal hasta que chocó con cierto compañero suyo de trabajo.

—¡Ey! ¿Estás bie...oh..eres tú- musito un castaño mirando al azabache con ojos acusadores.. Kato Haru, inspector ingenuo que siempre tiene en la mente todo lo correcto antes de atacar con plomo a alguien, la contraparte de Kambe, o eso pensaban ambos.

—¿Qué?- pregunto arisco como siempre pero relajado en su tono de voz algo inusual en él.

—Nada... buuueeeno..me voy..¡ah! Te invitaría a cenar a mi departamento..pero de seguro tienes una fiesta esta noche y de seguro la pasarás incre...- fue interrumpido por el azabache con una simple palabra.

—Ire..- y así lo siguió como un cachorro de gato herido pero a la vez a la defensiva que en cualquier momento se le lanzarian al castaño.

Al llegar al pequeño departamento de Haru este casi estaba decorado por falta de dinero, aunque tuvo que haber dividido entre los adornos y esa cena pequeña.

—Daisuke...iré por más ingredientes..lava por favor los vegetales de la bolsa- le pidió amablemente debía gastar su otro ahorro para que esa cena fuese para dos, al momento de irse Haru el millonario llamo a varios hombres a comprar adornos estos mismos hasta habían ayudado a decorar el pequeño departamento con luces, moños y con una hermosa corona que adornaba la puerta, hasta esferas de vidrio grandes y medianas para el árbol que estaba escaso de estás, la sorpresa aún no acaba para el propietario del departamento, sobre la mesa un hermoso mantel rojizo con encajes blancos y delineados dorados relucía y encima una botella de champagne y dos de vino para celebrar, en el horno un pavo mediano cocinando se para ser comido después, a demás regalos bajo el árbol ¿Qué más podría esperar? Se preguntaran...pues..a un lindo Daisuke con mandil rosa cortando cuidadosamente y con algunas dificultades una manzana amarilla para hacer la ensalada.

La mirada atónita del mayor fue digna de fotografía pero en ese momento el quien planeo todo estaba ocupado con la última manzana que cortaría así que pronto estaría todo listo.

—Tu...tu...- no podía coordinar palabras ahora que estaba viendolo tan encantador con ese mandil ahí supo que esa noche sería única.

—¿Te gustó?- pregunto sin verle ya que vertia algo de crema sobre las manzanas después de agregarle el dulce de leche que llevaría.

—Me..encatas..digo...me encantó- con un nuevo rubor Haru se acercó para preparar lo que tenía planeado solo que al sacar el pavo que había estado listo solo le hicieron pensar en preparar guarniciones como un puré de papas y arroz frito con camarones junto con verduras.

Todo había sido perfecto y ahora se disponían a cenar, ambos agradecieron en silencio y se sirvieron mientras que de fondo una canción navideña por la temporada, todo iba bien, relajado y muy fluido para ambos quienes disfrutaban una charla agradable y divertida producto del vino.

Al llegar media noche ya habían terminado y solo les quedó decir...

—¡FELÍZ NAVIDAD!

Entre ambos alzaron una copa de champagne y disfrutaron de aquella navidad hasta que Kambe le tendió un regalo de los que estaban ahí, ese era especial ya que la cajita era negra de terciopelo pero grande, cuando Haru la abrió se encontró con un reloj de colección de bolsillo con el grabado con el nombre de él y de Kambe, era el mejor obsequio y más al notar la fecha en la que se conocieron.

—Esto es...- no podía decir nada en ese momento se había quedado en shock pero lo que Kambe no sabía era que Haru se le lanzarian encima con agradecimiento y por el calor del momento terminaron con un profundo beso con ese sentimiento que desde antes habían albergado al par.

Y así..comienza un nuevo romance tan encantador, en esa navidad dulce y cálida dónde ambas almas estaban unidas.

La fine