El Reino del Azúcar es un lugar que ¿Adivina? Produce todo tipo de dulces. No es una fábrica, no es un lugar de venta, es todo un país.
Pero la historia trata de una chica, no una reina, no una princesa. Es una simple chica que se encarga de la lim...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
El cumpleaños de la princesa está demasiado cerca.
La Reina sigue sin darme un lugar fijo al cual dedicarme, por lo que me queda estar a cargo de la fiesta que se le hará a la princesa por sus 18 años.
Justo ahora reviso que las flores que estarán decorando sean aptas para la princesa, pues ella es alérgica a algunos tipos.
Cuando miro las margaritas casi doy un salto.-Disculpe.-Comienzo tímidamente, pero obtengo la atención del que trajo las flores.-La princesa es realmente alérgica a las margaritas, le agradecería que, por ahora, no ponerlas en la decoración.
La persona asiente y hace señas para que se las lleven. Suelto un suspiro de alivio y acomodo un poco mi diadema de flores.
Realmente me estoy esforzando en este trabajo, quiero que la princesa tenga la mejor fiesta que algún día tuvo.
Sigo observando las flores cuando siento una presencia a mi lado.
Volteo y miro quien es. Es el chico rubio que nos observaba a Connor y a mí el día del accidente. Estoy a punto de hablar, aunque él me gana dándome una sonrisa.
-Linda diadema.
Y casi me paralizo.
Esa voz... es la voz del chico misterioso. Él que me ayudo aquel día.
Lo analizo mejor ahora que lo tengo tan cerca y me doy cuenta de que, en definitiva, sus ojos son verdes, pelo rubio muy claro y lo que me sorprende es su altura. Es demasiado alto. Puedo asegurar que mide más de 1.88 m.
Cuando quiero agradecerle por lo que hizo da media vuelta y se va. Me quedo un rato pensando en lo que acaba de pasar y cuando reacciono intento correr por la dirección en la que se fue.
-¡Hola, Melody!-Me corta el paso Esteban. Le sonrío.
-Hola, Esteban. ¿Te toca guardia por acá?- pregunto mientras sigo viendo las flores.
-Si, algo así.-Le doy una mirada confundida. El me da una sonrisa.-Estoy cambiando de lugar, justo ahora tengo que hacer guardia en el jardín delantero.
Asiento. ¿Esteban sabrá quién es el chico rubio?-Oye, Esteban...
-¿Sí?.-ladea la cabeza y sigue sonriendo.
-¿Conoces a un guardia...?
-Conozco a muchos, si.-Lo miro y esta tratando de no reír.
-Si, lo sé. Y creo que este guardia es nuevo. Rubio, ojos verdes, alto.- Digo distraídamente mientras termino de revisar las flores. No hay más flores a las que la princesa sea alérgica. Le hago señas a los que llevan las flores para que las comiencen a poner en el salón. Esteban sigue caminando a mi lado.
-Mmm si, ¿Él que te cargo hacia la enfermería?-Asiento en respuesta.-Si, es nuevo. Llego hace unos tres meses, por ahora se encarga de hacer guardia los pasillos que dan al jardín interior. ¿Por qué el interés?
