Aprendiendo La Ciencia De Las Armas

802 118 7
                                    


     Senkuu bajo con unas dos lanzas en una mano mientras que con la otra descendía con cuidado hasta el suelo, dio un gran salto aterrizando limpiamente, Taiju se giro para mirar a su amigo y se acercó rápidamente a este, el rubio le dio una de las lanzas apenas llego a su lado.

-Eh... ¿Senkuu?- El castaño miro confundido a la lanza en sus manos y luego a su amigo.

-Esos leones están cerca de aquí, pueden aparecer en cualquier momento, necesitamos buscar una manera de protegernos, por eso te necesito a ti...- Apunto al castaño con la lanza, el mayor parpadeo varias veces mirando impactado a su amigo.

-¡¿Q-Qué?!, ¿Yo?- Taiju se apuntó a si mismo recordando con temor el tamaño de aquellos felinos, ¡Era un suicidio pensar que podría igualar la fuerza de un león!

-¡Por supuesto que tú!, ¿No recuerdas quien de los dos es los músculos del equipo?, necesito que ahora, además de buscar comida, comiences a entrenarte para aprender a utilizar la lanza y otros instrumentos como el arco, la flecha, y el hacha...- Explicó el rubio mostrando la lanza. -Yo me encargare de hacer tus armas, pero tu deberás aprender a utilizarlas completamente para defendernos-

-S-Supongo que si me lo dices así...- Taiju suspiró con cansancio, no podía negarle, el era el fuerte entre los dos, era su deber proteger a Senkuu y cumpliría su labor sin importar qué. -Esta bien, lo voy a hacer-

Senkuu asintió con seguridad, el grandulón ya no se veía inseguro, se notaba que había aceptado por completo el papel que tenía que desempeñar para la protección de ambos, fue así como el rubio, notando que aún quedaban unas buenas horas de sol, decidió que saldría otra vez a buscar algunas cosas que iba a necesitar para fabricar el hacha, el arco y flecha

Esta última arma es la que Senkuu quería fabricar lo más pronto posible, el castaño necesitaba tiempo para aprender a utilizarla para dañar a otro ser vivo, y tiempo es lo que debía acortar para poder darle a su defensor lo que necesitaba. El rubio le dejo la lanza a su amigo para que practicara mientras él fue a tomar su cesto para volver a salir.

Taiju, completamente solo, observo unos segundos su arma para luego alzarla hacia al frente, ahora debía prepararse para proporcionar más que simple comida, ahora debía cazar y defender a su mejor amigo de cualquier peligro que se encontrara en los alrededores.

Decidió hacer algunos movimientos para entrenar, apuntar su arma a un punto y empujar este hacia al frente con mucha fuerza, repitió este movimiento por un rato, había visto a los esgrimistas entrenar en algunas ocasiones, y sabía que hacer esos movimientos ayudarían a acostumbrarse a lo pesado del arma, debía aprender a volverse uno con la lanza y lo lograría sin importar el costo.

Fue así como los días pasaron, las semanas, y luego se cumplió un mes. Taiju y Senkuu estaban progresando si de supervivencia hablamos, mientras el castaño se esforzaba el doble en conseguir provisiones en el día en el mejor tiempo posible para volver y entrenar con sus armas, Senkuu avanzaba con su nuevo proyecto.

Estaba reforzando su campamento, algo simple para alguien como él, pero que aun así tenía su nivel de dedicación, pasaba los días afilando troncos de tamaño mediano para colocarlos alrededor del campamento para tratar de mantener a los animales más peligrosos fuera. Era un método de aislamiento que, aunque no detenía por completo la curiosidad de los animales, les dificultaría el poder entrar al lugar.

Para poder lograr esto tuvo que dejar su investigación con la agua milagrosa de lado, aún recolectaba y guardaba esta cuando Taiju no estaba cerca, pero se resignó a prestarle su completa atención al trabajo físico que implicaba el hacer armas y trampas para asegurar su seguridad y bienestar.

¡Protégelo! (Senkuu x Taiju) (TaiSen)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora