Los días de hermosas y congeladas nevadas pasaron volando, ambos jóvenes estaban llevando la situación lo mejor que se podía, y a pesar de no morir de hambre gracias a los animales que Taiju lograba cazar, las noches heladas eran el mayor problema en esos momentos, aunque lograban hacer una fogata cada noche el clima les iba en contra haciéndolos temblar de frio mientras trataban de dormir.
Pero muy poco podían hacer en esa situación, aun cuando Senkuu fabricara lo que según el eran sabanas con las pieles de algunos venados y ciervos, igualmente el frio los invadía y no los abandonaba hasta que el sol salía al día siguiente, nada podían hacer, solo aguantar hasta que el invierno se largara pasando así a la hermosa primavera, Senkuu literalmente contaba los segundos para que eso pasara.
Nuestro Senkuu estaba tomando esa temporada de invierno como un pequeño descanso, el agua milagrosa era un pensamiento que el menor no había podido sacarse de la cabeza, los experimentos habían parado desde que este se había lastimado el lado derecho del rostro, dejándolo ciego por un tiempo de su ojo derecho, aún no se acostumbraba a andar solo con un ojo en funcionamiento, así que no se podía concentrar en cuanto a experimentos se refería. Era preferible para él esperar hasta curarse.
Taiju sabía esto ya que Senkuu se lo menciono apenas empezó a nevar, esperaría hasta que el invierno se fuera y mientras tanto, el rubio pondría su atención solo en hacer la fogata, cocinar la comida, y ponerse a confinar y/o perfeccionar algunas de las prendas de ambos chicos, estaba aprendiendo a proporcionar un poco más de elasticidad y comodidad a las ropas, cosa que solo era posible sentándose en la casa del árbol a coser y coser durante horas.
Algunas tardes, cuando se cansaba de coser ropa, Senkuu se iba al bosque a buscar a Taiju solamente para acompañarlo mientras este hacia su cacería diaria, no le agradaba el estar sentado y aburrido, y como el hacer experimentos no era una opción para él en esos momentos, lo mejor que podía hacer era perderse entre los congelados arboles y enormes arbustos.
Al castaño no le molestaba para nada que su mejor amigo se apareciese de repente mientras el cazaba, es más, hasta le gustaba alardear un poco con Senkuu mostrándole los animales que atrapaba, todo con tal de ver alguna reacción de sorpresa por parte de este, más todo lo que obtenida era una respuesta seca o, en la mayoría de ocasiones, solo una mirada y luego la espalda de Senkuu dejándole en claro que no le interesaba, pero el mayor no se rendía, se esforzaba por ver una sonrisa en la cara de su amigo, aunque esta sea solo para burlarse de él.
El rubio, algo aburrido de seguir a Taiju, decidió dirigirse al enorme lago donde el castaño, varios días antes, había atrapado algunos patos, el viento choco contra su rostro una vez que se alejó de los árboles, estornudo unas dos veces gracias al helado viento, miro por algunos segundos el hielo que tapaba el lago y una pequeña idea pasó por su cabeza.
-¡Oye, Senkuu!- Llamo el mayor saliendo de entre los arboles con una lanza en la mano, se acercó al rubio. -¿Qué haces aquí?-
-Oye, grandulón...- Taiju ladeo la cabeza. -¿Qué te parece ir a pescar un poco?- Pregunto el menor señalando el lago en frente de ambos.
-¿Pescar?-
-Exactamente...- Senkuu comenzó a caminar dirigiéndose hacia el lago, el castaño lo siguió sin dudarlo. -Podemos hacer un hueco en la superficie del lago y así poder atrapar algunos peces-
-¿Por qué lo dices?, ¿Acaso no es suficiente con lo que cazo?- Pregunto nuevamente el mayor con una mirada de cachorro regañado, Senkuu rio con burla.
-No es eso, idiota, es que... No lo sé...- Alzo ambos hombros con indiferencia. -Solo se me ocurrió-
-Oh...- Taiju lo pensó unos segundos antes de sonreír muy alegre como siempre. -Claro, me gustaría comer pescado esta noche-
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¡Protégelo! (Senkuu x Taiju) (TaiSen)
FanficLa humanidad había sufrido un fenómeno que según marcaria el fin de la civilización, un mal que nadie pudo prever ni evitar, algo al que muchos llamaron en su momento: La petrificación. Todos los seres humanos se habían convertido en piedra, condena...