Habían pasado unos seis días desde que los dos mejores amigos habían tenido su día de trabajo en la playa, todo iba relativamente normal, la comida aún no escaseaba, así que Taiju pudo pasar los días practicando con el arco y la flecha, más no frente a Senkuu, el castaño se había puesto como meta el sorprender a su amigo con sus habilidades con las armas que el rubio le construyo.
Además, se sentía como más libertad el practicar el solo en el bosque, apuntando y lanzando las flechas a los árboles, le costaba al menos unos diez intentos el lograr disparar una condenada flecha, aunque eso no lo desanimaba, la perseverancia era su punto más fuerte, y fue esa misma cualidad la que lo hizo mejorar cada día más.
Aunque, una cosa era cierta, y es que le daba mucha curiosidad lo que hacia Senkuu cuando el salía, el rubio le decía que solo cuidaba el huerto, el cual estaba creciendo cada vez más, e iba a los alrededores a recolectar madera para utilizar en la fogata de cada noche, Taiju se ofreció a buscar la madera el mismo para que su amigo no se preocupara por algo tan tonto como eso, más el menor lo rechazaba al instante alegando que Taiju debía concentrar su atención en practicar con las armas.
El castaño, quien ahora buscaba la flecha que había logrado lanzar hacía unos segundos, pensaba detenidamente en lo que había sucedido con Senkuu días atrás, cuando lo había engañado para acercarse al agua y lo empujó, haciendo que cayese y se levantara todo mojado.
Taiju encontró su flecha entre algunas hojas secas, la recogió apretándola entre sus manos, no podía olvidar lo hermoso que se veía Senkuu con el cabello suelto, sabía que era raro pensar así en su mejor amigo, y más tratándose de un hombre, pero no podía mentirse a sí mismo, ¡Vaya que Senkuu era muy guapo así!
El rubio siempre evitaba mojarse el cabello y la ropa cuando iban a la escuela o caminaban por la calle, Taiju entendía el porqué no quería que su uniforme se mojara, aunque al castaño muy poco le importaba si sus propias prendas se manchaban o mojaban, pero para Senkuu era muy importante mantener su bata de laboratorio intacta, aún cuando hacían los experimentos que casi siempre terminaban explotando en sus caras.
El mayor a duras penas recordaba cada una de las veces que había tenido que ponerse en frente para evitar que algún idiota le echara comida y/o bebidas encima a su amigo, en su escuela ambos tenían la reputación de ser muy raros gracias a los locos experimentos de Senkuu, así que no era extraño que la gente tratara de hacerles algo malo solo para burlarse un poco.
También recordó las ocasiones en donde protegía con su cuerpo a Senkuu cuando iban o volvían de clases de algún auto que pasaba por un charco cerca de los dos, y el castaño terminaba asistiendo a clases con las ropas y el cabello empapado, aunque sus profesores lo regañaron por esto siempre seguía haciendo lo mismo por su mejor amigo una y otra vez.
Taiju no podía negar que se esforzaba demasiado por cosas diminutas, más cuando se trataba de aquel rubio, el castaño soportaba viento y tormentas con tal de asegurarse que el herido fuera el y no el menor, no le permitía a nada ni a nadie ponerle un dedo encima a Senkuu, recordaba con mucha felicidad las miradas que su amigo le dedicaba cada vez que el castaño lo protegía, no necesitaba un "gracias" cuando la mirada del menor lo delataba todo, ese enorme agradecimiento por todo lo que hacía por él.
Mientras el mayor seguía atrapado en sus pensamientos había continuado con su entrenamiento con el arco, la misma flecha había sido arrojada y recogida unas cuatro veces, no había logrado para nada acertar a ningún objetivo, más cuando pensó en la mirada de agradecimiento que solo Senkuu le daba a él hizo que el quinto tiro diera con su objetivo.
La flecha atravesó un delgado árbol a unos cinco metros de distancia, apenas Taiju se dio cuenta de lo que hizo una enorme sonrisa se instaló en su rostro, quiso ir a recoger la flecha, más no lo hizo, lo pensó un momento, cogió otra de las flechas que tenía en su cesta y apuntó al mismo árbol, soltó la flecha dando un metro más debajo de la primera.
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¡Protégelo! (Senkuu x Taiju) (TaiSen)
FanfictionLa humanidad había sufrido un fenómeno que según marcaria el fin de la civilización, un mal que nadie pudo prever ni evitar, algo al que muchos llamaron en su momento: La petrificación. Todos los seres humanos se habían convertido en piedra, condena...