Era un nuevo día, y Senkuu y Taiju caminaban por el bosque ya hacía un largo rato, todo estaba muy tranquilo y en paz, siguiendo las indicaciones del mayor siguieron por un rato tratando de hallar aquellos jabalíes que el castaño tanto quería cazar, tenía en su mano su arco y en su espalda la cesta con sus flechas, lo único que necesitaba era el animal para comenzar con todo.
A los treinta minutos de caminata tuvieron que detenerse para que el rubio descansara un poco, el tener que caminar y pasar por enormes arbustos y enormes rocas lo había cansado el doble, Taiju sabía muy bien que su amigo no era del tipo atlético, pero aún así le parecía absurdo la rapidez con la que este se cansaba.
Mientras esperaba pacientemente a que Senkuu recuperara sus fuerzas unos ruidos muy conocidos para el hicieron que volteara para ver con atención un punto lejano en el bosque, quería corroborar que lo que oía era cierto, así que llamo a su amigo y le hizo una ceña para que se levantara y siguiera un poco más.
Los chicos caminaron unos metros sorprendiéndose al ver una manada de jabalíes unos metros más abajo, estaban comiendo algo totalmente distraídos, cosa que Taiju aprovecho tomando con cuidado su lanza que también se hallaba en su cesta, se acercó lo más cerca que pudo de la manada, y lo más silencioso posible apuntando a uno de los jabalíes para luego arrojar la lanza pidiendo al aire que le diera a alguno.
Un horrible chillido escapo de uno de los jabalíes al sentir la enorme lanza penetrando su lomo causándole una gran herida, más esto no fue suficiente para matarlo, haciendo que la manada saliera despavorida del lugar, Taiju tomo su arco y flecha y comenzó a seguir a los jabalíes para acabar con aquel que aún tenía su lanza clavada.
El pobre jabalí herido era uno de los más rezagados de la manada, así que el castaño pudo seguirle el paso, preparar la flecha y lanzarla con éxito, otras cuatro flechas le siguieron logrando herir al jabalí en varias partes, más ninguna fue mortal, el animal aún siguió con su huida.
Los jabalíes llegaron hasta una montaña donde tuvieron que detenerse ya que no podían seguir gracias al enorme muro de roca sólida, Taiju vio su oportunidad, se detuvo, agarro otra flecha y lanzó, esta dio contra la cabeza del animal haciéndolo caer al suelo mientras chillaba de dolor, la manada vio esto, y sin importarle nada, corrieron hacia Taiju en un intento de huir.
El mayor se sobresaltó y huyo de los chillones jabalíes, mientras corría despavorido observó una enorme rama más adelante, así que usando una roca de considerable tamaño que se hallaba al lado del árbol, se impulsó y logró tomar la rama para así hacer que los jabalíes continuaran su huida y pasaran debajo de él. Al asegurarse de que estaba a salvo se soltó y aterrizo limpiamente.
Se dirigió a donde el jabalí herido había caído encontrándolo en el suelo chillando de dolor, aunque se trataba de levantar caía de nuevo debido a las heridas, Taiju decidió terminar de una vez, le quito la lanza del lomo tomándola con fuerza para luego acertarle un golpe directo a la cabeza, solo así el animal dejo de moverse completamente.
Se quito su cesta para dejarla en el suelo, después de juntar sus manos para disculparse con el jabalí por su trágica muerte, agarro el cuerpo y lo metió en la cesta, tendrían una buena cena esa noche. Un grito de dolor resonó en los oídos de Taiju haciéndolo abrir los ojos al instante.
-Senkuu...- Susurró el castaño colocándose rápidamente la cesta, miro en dirección de donde vino el grito, apretó fuertemente sus puños sintiendo a su corazón latir a mil en menos de unos segundos. Sin perder tiempo empezó a correr golpeando y apartando las ramas de los árboles, y algunos arbustos que se cruzaban en el camino.
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¡Protégelo! (Senkuu x Taiju) (TaiSen)
FanficLa humanidad había sufrido un fenómeno que según marcaria el fin de la civilización, un mal que nadie pudo prever ni evitar, algo al que muchos llamaron en su momento: La petrificación. Todos los seres humanos se habían convertido en piedra, condena...