El hundimiento (3)

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Pasó alrededor de una hora. Una hora infernal que nos tenía atrapados en la barandilla superior del Titanic luchando por sobrevivir.

Yo estaba agarrada a Jack, mientras él estaba agarrado a la barandilla.

El barco estaba cada vez más en vertical, haciendo que la gravedad nos empujase cada vez más hacia el agua.

–Jack– lo llamé con la respiración agitada– Allí fue donde nos conocimos– señalé los bancos de madera, los cuales estaban a punto de caerse al vacío.

–Ojalá haberte conocido muchísimo antes– me abrazó más fuerte– Así no tendríamos que estar a punto de hundirnos con un barco– rió sarcástico.

De pronto, una de las chimeneas se cayó en picado, aplastando a bastantes personas que se encontraban debajo de ella. Era la última que quedaba, ya que las otras dos ya estaban sumergidas con la otra mitad del Titanic.

Cogí aire rápidamente y admiré la horrible escena mientras me costaba respirar. Jack escondió mi cabeza en su hombro para evitar que yo tuviera que vivir aquel horrible momento.

El barco estaba cada vez más en vertical y eso empezaba a aterrarme.

–Jack, nos vamos a caer– dije agarrándolo fuertemente.

–No, Cassie, ponte detrás de la barandilla– me obligó y lo obedecí.

Pasé la barandilla de un lado a otro y me agarré fuertemente del barrote. Jack pasó con un poco más de dificultad, pero consiguió ponerse a mi lado. Me rodeó con su brazo y me agarró junto a él.

–Pase lo que pase, no te sueltes, Cassie– me advirtió mirando al frente. Yo asentí mirándolo.

De un momento a otro, el barco ya estaba completamente en vertical y hundiéndose rápidamente. Mi respiración estaba acelerándose, igual que la de Jack, pero él sabía disimularlo.

–Vale, Cassie– nos miramos– Cuando te avise, vas a tener que coger aire muy profundamente y no puedes soltar mi mano, ¿de acuerdo?– agarró mi mano con fuerza y yo asentí.

–Jack– lo llamé sin dejar de mirar al agua– ¿Vamos a sobrevivir?– le pregunté casi llorando.

–Claro que sí, Cassie– me aseguró.

Pasaron unos segundos. La gente que había a nuestro alrededor se estaba empezando a lanzar al agua a modo de tregua, pero no hubo resultado: su final sería el mismo.

–¡Ya, Cassie, coge aire!– me gritó Jack y así hice.

Cogí todo el aire que pude y el barco se sumergió en el agua por completo. No solté la mano de Jack en ningún momento, hasta que nos soltamos sin quererlo.

Conseguí salir a la superficie, la cual estaba llena de gente intentando no ahogarse en el agua.

–¡Jack!– grité– ¡Jack! ¡Jack!– seguía gritando, pero Jack no aparecía por ninguna parte.

De pronto, alguien empezó a empujarme hacia abajo, sumergiendo todo mi cuerpo bajo el agua. Supuse que la persona estaba intentando que mi salvavidas hiciera efecto, pero parecía no darse cuenta de que yo llevaba ese chaleco y que la que acabaría muerta sería yo. Segundos después, el hombre dejó de hacer fuerza y pude salir a la superficie. Me giré y vi al hombre siendo golpeado por Jack.

–¡Cassie!– nadó hasta mí y me abrazó. Yo observé el cuerpo del hombre por encima del hombro de Jack– Vamos, busquemos algo seguro.

Nadamos hasta que encontramos una especie de madera flotando.

–Ven, subamos aquí– me indicó e intentamos subirnos, pero cuando Jack lo intentó, la tabla se volcaba por el peso, así que decidió quedarse en el agua.

–Jack, tenemos que salir de aquí como sea– dije tumbada en la tabla. Él se había puesto justo delante para poder mirarme a la cara.

–Van a venir a buscarnos, Cassie, te lo prometo– Jack estaba comenzando a tiritar, al igual que yo.

Mantuvimos silencio durante unos segundos hasta que uno de los tripulantes del barco empezó a gritar que los botes estaban volviendo a por nosotros.

–Mira, Cassie, los botes vuelven a por nosotros– me miró sonriendo como pudo, pero yo ya sabía el destino que nos deparaba aquel escenario.

Yo ya sabía que esos botes no darían media vuelta para salvarnos. Por el contrario, se quedarían donde estaban y esperarían a que otras personas vinieran a salvarnos a nosotros, pero ya estaríamos muertos.

Comencé a llorar irremediablemente.

–Jack...– sollocé mientras agarraba su mano– Jack, no van a volver...

–Claro que sí, Cassie– dijo tiritando cada vez más. Lo miré a los ojos.

–¡Jack, no!– exclamé– ¡Vamos a morir aquí!

–Cassie, si alguien tiene que morir hoy, voy a ser yo– dijo tajante– Tú vas a vivir una vida plena, vas a casarte con alguien correspondido, vas a tener dos pequeños, igual que planeamos, y vas a ser muy feliz– puso su mano libre en mi mejilla.

–Jack, por favor...– seguí llorando.

–Prométeme que vivirás y que nunca te vas a rendir, Cassie– me suplicó– Por favor– mantuve silencio unos segundos y volví a mirarlo.

–No puedo prometértelo porque ya no puedo imaginarme un mundo sin ti, Jack– lloré como nunca antes había llorado.

Ambos juntamos nuestras frentes y cerré los ojos.

–Cassie– me llamó– Te quiero muchísimo– dijo con dificultad– Jamás he querido a alguien como te he querido a ti, jamás me han hecho sentir tan vivo como tú me has hecho sentir...

De pronto, solté la mano de Jack y me bajé de la tabla, la cual se partió de la nada para después hundirse. Nadé hasta Jack y lo abracé con todas mis fuerzas.

–Jack, no puedo vivir sin ti– lloré– No puedo dejar que te vayas...

Entonces, Jack me besó, y él sabía que ese era nuestro último beso. 

El frío carcomía cada parte de mi cuerpo y penetraba mi piel. Apoyé mi cabeza en el hombro de Jack y entrecerré los ojos, soltando así mi último aliento. Luego, todo se tornó más negro de lo que ya era.



Constellation // JackDawson ✔ EN EDICIÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora