Final alternativo.

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–¡Cassie!– gritaron a mis espaldas. Me giré y allí estaba Rose corriendo hacia mí.

–Rose...– pronuncié y corrí hacia ella hasta poder abrazarla.

–El barco se hunde, Cassie– me advirtió.

–Ya lo sé, me lo ha dicho el señor Andrews– nos separamos y nos miramos– Rose, súbete en un bote, podrás salvarte– la agarré de los hombros para que me escuchara con atención.

–Ven conmigo– dijo cogiéndome de la mano, la cual yo solté y negué con la cabeza– ¿Qué dices, Cassie? ¿Cómo que no?

–No, Rose– caminé hacia atrás hasta llegar a la posición de Jack– No pienso irme sin Jack.

Rose no daba crédito a lo que yo estaba diciéndole, pero no podía salir de ese barco con vida sin la certeza de que Jack también saldría vivo. O no.

–Cassie, escúchame– Jack me giró y lo miré– Vas a quedarte en este barco conmigo si prometes que vas a seguir mis indicaciones y vas a quedarte conmigo en todo momento– asentí– Sólo entonces saldremos con vida de aquí.

–Te lo prometo, Jack– dije– Pero no puedo salir de este barco sin saber qué será de ti– hice una pausa mientras empezaba a llorar– No quiero que esto acabe aquí, Jack...– sollocé.

–No vamos a morir, ¿vale, Cassie?– me aseguró– Y cuando vengan a rescatarnos vamos a iniciar una nueva vida y vamos a tener una casa increíble con dos pequeños, ¿te parece?– rió intentando tranquilizarme. Yo también me reí mientras secaba las lágrimas de mis mejillas.

Pasó alrededor de media hora. El barco estaba cada vez más cerca de hundirse y mi miedo comenzaba a ascender.

Nos encontrábamos caminando por todo el barco en busca de mi madre para poder ayudarla a subir a un bote, pero no había rastro de ella, así que decidimos volver a cubierta con mi hermana, la cual estaba esperando para conseguir un bote.

–¡Cassie!– gritó la pelirroja cuando nos vio aparecer– Voy a subirme ya al bote– dijo asustada agarrándome de las manos.

–Vale, Rose– mis ojos se inundaron de lágrimas– Te deseo mucha suerte, ¿vale?

–Cassie, por favor, no te despidas así– me suplicó mientras empezaba a llorar– Aún hay sitio, aún puedes subirte en el bote...– miré a Jack, el cual observaba la escena con bastante tristeza.

–Cassie, volveremos a encontrarnos cuando esto acabe, te lo prometo– me dijo el chico mientras sujetaba mi hombro.

Miré a Rose y asentí: me subiría a ese bote.

–Deja que me despida de Jack, por favor– le supliqué a mi hermana.

–Claro, te esperaré allí– dijo y caminó unos metros.

Me giré y miré a Jack, el cual parecía muchísimo más tranquilo que antes.

–Jack, te quiero más que a nadie en este mundo– comencé a llorar mientras lo abrazaba. Pude notar como él también empezaba a llorar un poco– Has hecho de estos días los mejores de mi vida, Jack, no te voy a olvidar nunca jamás.

–Te prometo que nos vamos a volver a ver, Cassie– me estrujó entre sus brazos– Te prometo que volveremos a abrazarnos.

De pronto, sentí como una mano se posaba en mi hombro. Me giré y era Rose, la cual me dio a entender que debíamos abandonar el barco. Ella tiró de mi brazo separándome de Jack mientras yo seguía mirándolo.

–¡Te quiero, Jack!– grité mientras la distancia se hacia notable entre nosotros– ¡Te quiero!

Finalmente, me monté en aquel bote, el cual juré no subirme jamás sin Jack.

–Rose– llamé a mi hermana y la miré con lágrimas en los ojos– ¿Volveré a ver a Jack?

–Claro, Cassie– me abrazó intentando opacar mi llanto, pero era imposible.

El bote llegó al agua. Miré a la cubierta del barco y allí estaba Jack mirándome. Mis ojos derramaban lágrimas por doquier y era imposible que pararan. Mis esperanzas en que Jack saliera vivo de aquel barco eran escasas, pero en el fondo sabía que Jack era fuerte y sabía lo que tenía que hacer.

Las horas pasaban. Mi ansiedad aumentaba a medida que el Titanic estaba cada vez más hundido. Sin embargo, el barco ya estaba completamente hundido. Habían personas nadando en el agua luchando por sus vidas y, a pesar de que habíamos solicitado ir a buscarlos, nos habían obligado a cerrar la boca y a mantener la mente fría, que solo importábamos nosotros y no las personas que estaban a punto de morir ahogados o por hipotermia.

Volvieron a pasar otras muchas horas más. No supe nada más de Jack.

Cuando llegamos a tierra firme, nos refugiaron en un barco llamado Carpathia. Allí nos reencontramos con mi madre en la zona de primera clase, pero no era a ella a quién yo quería ver.

–Vuelvo en un segundo– avisé y comencé a caminar en dirección a la zona de segunda y tercera clase.

Eché un pequeño vistazo desde las escaleras, pero no vi ni rastro del pelo rubio de Jack. Bajé esas mismas escaleras y comencé a fijarme bien en la gente, hasta que llegué a una de las barandillas del barco. Me apoyé en ella y observé el mar mientras suspiraba pesadamente. Mi angustia y mi desesperación estaban por apoderarse de mi cuerpo.

De pronto, en un golpe de oído, me pareció escuchar la voz de Jack. Me giré rápidamente y allí estaba él. Estaba cubierto con una manta azul, su pelo estaba mojado y no llevaba sus botas.

–¡Jack!– grité lo más alto que pude. Comencé a correr hacia él mientras Jack caminaba con dificultad.

–Cassie...– murmuró sin poder correr apenas.

–¡Jack, Dios mío!– lo abracé con todas mis fuerzas. Él me cubrió con su manta y caímos rendidos sobre nuestras rodillas– Había perdido las esperanzas, Jack, pensaba que no volvería a verte nunca– lloré.

–Estoy aquí, Cassie, estamos aquí– acarició mi pelo mientras sollozaba– No voy a dejarte ir.

Constellation // JackDawson ✔ EN EDICIÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora