Wei Wuxian es un estudiante de primer año de universidad y acaba de mudarse junto con su hermano a un apartamento. Dónde conoce a su vecino Lan WanJi, un guapo y exitoso chico. Pero hay algo particular en Wei Wuxian que nadie pasa por alto, es ciego...
Lan WangJi alzó la vista encontrándose con su amado, quién salía de la habitación vestido con un elegante traje en color negro.
Con lentitud Wei Wuxian se acercó, conociendo ahora un poco mejor los puntos en los cuales podía moverse en su apartamento, hasta llegar a su prometido.
-¿Y que opinas? ¿Estoy bien?
-Mmm, Wei Ying -le dijo- Te ves guapo
Wei Wuxian le dedicó una brillante y hermosa sonrisa, que logró que Lan WangJi sonriera también.
-Pero es sólo una simple cena -finalizó.
-No es una simple cena, a pesar de estar contigo por un año no he pasado navidad con tu tío y quiero verme bien para demostrar que estoy a la altura de HanGuang Jun
Lan WangJi lo tomó de la cintura, acercándolo para dejar un suave beso sobre sus labios.
-No debes de demostrar nada a nadie Wei Ying -susurró.
Wei Wuxian lo abrazó por el cuello dejando un beso en su frente, cada vez más sentía como el amor que le tenía a Lan WangJi crecía.
-Lan Zhan, aún así quiero ir acordé contigo
Lan WangJi solamente acarició suavemente su mejilla, aquel chico frente a él era algo que no merecía.
Wei Wuxian era demasiado bueno aún para él.
-Bien -respondió- Sólo quiero que te sientas cómodo
-No te preocupes por eso Lan Zhan si estás junto a mí, te aseguro que todo estará bien
Wei Wuxian rió antes alzar su mano para buscar sus labios y proceder a darle un sonoro beso que hizo que las orejas del menor de los Lan se tornarán rojizas.
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La noche era fría cuando llegaron a la casa familiar de los Lan.
Wei Wuxian se aferró al brazo de su amado cuando ambos caminaban de manera lenta hacía el lugar dónde se realizaba la fiesta navideña anual de El Receso de las Nubes.
-WangJi -escucharon la voz de su Lan QiRen una vez entraron- Me alegra que hayas venido
-Tío -dijo haciendo una leve reverencia- Gracias por invitarme a mí y a Wei Ying
Lan QiRen alzó la ceja en su dirección, aún no se acostumbraba a la cercanía que el chico tenía con su sobrino, pero ciertamente sabía que debía acostumbrarse a la idea.
Ya que según le había comentado Lan Xichen y el mismo Lan WangJi, había pensado proponerle matrimonio.
Y por aquel anillo que brillaba en la mano que se aferraba al brazo de su sobrino. Así fue.
