CAPÍTULO I

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Severus abrió los ojos a su lado se encontró a un hombre dormido de cabello castaño, frunció el ceño con confusión

-Vuelve a dormir Severus- escuchó su voz, el hombre mencionado abrió los ojos con fuerza al reconocer la voz

Se levantó un poco para ver al hombre y miró piel humana, su sorpresa no podía para más

-Puedo sentir tu mirada sobre mi- dijo el hombre mostrando aquellas dos esmeraldas que cargaba como ojos

-Debes verte a un espejo- dijo Severus dejando a relucir su sorpresa

El hombre lo miró con confusión

-Fue complicado converserte el poder dormir juntos como para que me recuerdes el porque te negabas tanto- dijo el hombre con molestia

Severus rodó los ojos dejándose caer sobre la almohada, dándole la espalda al hombre miró el calendario situado a su lado. 5 de Septiembre. Sus ojos se llenaron de lágrimas, sus mejillas se empezaron a sentir humedas, no se limitó al esconder sus sollozos. Se encogió en si mismo con sus manos en el vientre que cargaba por ser un mago fertil

-Sev. Qué te sucede amor?- cuestionó el hombre poniendo una mano en la espalda del pelinegro con preocupación

-El día de hoy- susurró Severus entré sollozos

El hombre miró el calendario, al comprender la situación, giró a Severus para que quedará de frente y lo abrazó, Severus escondió el rostro en el pecho del hombre, ambos se abrazaban con fuerza. Permitiéndose llorar.

Cuando Severus se calmó se separó un poco del hombre

-Debo volver a Hogwarts- dijo Severus en un susurró

-No puedes pedirle al viejo el día?- preguntó el castaño

-Y qué decirle? Oiga un día como hoy pero hace 16 años me robaron de mis brazos el hijo que comparto con el loco que quiere destruir a todo el mundo, me daría el día?- cuestionó Severus con sarcasmo, rió con amargura- no lo creo- dijo, se sentó en la cama

El hombre se sentó detrás de Severus poniendo sus piernas a cada lado del cuerpo frente a él, recargo su cabeza en el hombro del pocionista mientras lo abrazaba por la cintura

-Sev, no me hables de ese modo- le pidió el hombre herido

-Tom mírate a un jodido espejo- dijo Severus huyendo de los brazos del hombre y salió de la habitación.

Tom se levantó miró su rostro y entendió porque su pareja lo miraba con sorpresa y confusión. Ya no tenia ese rostro similar al de una serpiente. Tenía un rostro humano.

Severus fue a la chimenea del salón y fue a sus aposentos en el colegio mágico. Se dio una ducha donde se permitió seguir llorando. Al terminar de arreglarse, se lavó el rostro para esconder un poco el rastro de lágrimas de sus mejilla, se dirigió al Gran Comedor.

Se sentó a lado de Minerva, la mujer le tomó la mano y le dio un ligero apretón en forma de apoyo. La mujer era la única que sabia que Severus Snape quedó en estado 16 años atrás del mago mejor conocido cómo Voldemort, y que un día como ese pero de hace 16 años le fue arrebato. Solo aquella mujer sabía lo que era perder un hijo. Ella misma había tenido un aborto en sus años de juventud, por eso es que procuraba a Snape como a uno. También era la única que sabía él y Voldemort habían retomado su relación desde hace algunas semanas.

-Tranquilo querido- le susurró Minerva solo para que escuchara Severus

El pocionista le dió una diminuta sonrisa llena de tristeza

-Estabas con él?- le preguntó la maestra

Ella misma le había aconsejado que pasara la noche con el padre de su hijo

-Si, estuve con él pero algo raro paso- susurró Snape solo para la maestra

-Qué sucedió?- preguntó Minerva con intriga

-Tiene un rostro humano, es demasiado apuesto pero ya no parece serpiente- le explicó Severus

Minerva se sorprendió de sobremanera. Ambos continuaron sus desayunos sin dirigirse la palabra.

Severus iba a levantarse de su lugar cuándo una voz lo detuvo

-Muchacho, necesito que le termines de enseñar oclumancia a Harry- le dijo Dumbledore con calma

-Se que no tendré elección alguna- le escupió Snape con fastidio

-Por favor inicia esta noche- le pidió el director

Snape ondeando su capa se alejó de la mesa de profesores, salió del Gran Comedor con elegancia mientras sentía que se moría por dentro

Llegó la clase con Slytherin y Gryffindor. Odiaba esa clase de sobremanera, obtener que Harry le hiciera una visita al despacho fue demasiado sencillo pues el chico había explotado su caldero.

-Potter, es un inútil!- le dijo Snape cuando miró el reguero de la poción por todos lados- Lo espero a las 6 en mi despacho- dijo el maestro, limpió el lugar con su varita y fue a fundirse en su silla mirando el libro que tenía en su escritorio, sin embargo no leía

Todos se quedaron en silencio, todos estaban sorprendidos de que Snape no le gritara, ni lo ofendiera o no le bajara puntos. Draco Malfoy fue el único que percibió lo que decía la mirada perdida de su padrino.

Al finalizar la clases todos se fueron menos Draco, espero a que todos salieran

-La clases ya termino- le dijo Severus sin verlo

Draco se acercó a Severus y lo abrazó, Severus le devolvió el abrazo a aquel chico que era como un hijo para él y dejó salir sus lágrimas

-Otro año más- sollozaba Snape- otro año más y no tengo a mi niño conmigo- se escuchaba el dolor en su voz

Draco se quedó en silencio consolando a su padrino con caricias en el cabello. Draco sabía lo doloroso que era para Severus aquella fecha. Cuándo Severus se calmó se alejó de Draco

-Gracias- dijo sin verlo

-Padrino. No te dejaré solo- le dijo Draco con calma

-Ahora que las clases han terminado creo que volveré con Tom- le avisó a su ahijado

-Cuídate por favor- le dijo Draco preocupado

-Claramente- dijo Snape con obviedad- anda, ve y haz tus deberes o no se- le invitó a su ahijado

Draco tomó su mochila y camino hacia la puerta, con una agitación de su mano salió por esta, Severus entró a sus aposentos y lanzando algunos polvos flu en las llamas gritó

-Mansión Malfoy!

La Verdad Sobre Harry Potter - TERMINADA Donde viven las historias. Descúbrelo ahora