All the young dudes (traducida)

Séptimo año: Trueno

Ni Remus ni Peter, que también había estado en el carruaje, le dijeron nada a Sirius sobre la información de Mary. Peter probablemente guardó silencio porque no estaba seguro de cuán valiosa era la información. Remus se quedó callado porque era un cobarde, y si tenía que haber malas noticias, preferiría que James las diera.

Y efectivamente, James pareció encontrarse con todos ellos en la plataforma del tren con un ojo muy rojo y un uniforme escolar arrugado.

-¿Qué te ha pasado?- Sirius bostezó, ajeno.

-Te digo mas tarde.-James murmuró, antes de trotar para unirse a Lily y guiar a los de primer año en la dirección correcta.

Seguía lloviendo levemente y ya oscurecía; Remus estaba muy contento de no estar cruzando el lago. Aún así, fue agridulce, subirse a los carruajes sin caballos por última vez con Sirius, Mary y Marlene (Peter había decidido seguir a la miel y entrar con Dorcas y sus amigos). Cuando entraron en el patio del castillo, Remus miró la imponente piedra y se preguntó si este sería su último recuerdo de su llegada a Hogwarts. Quizás todos regresarían para una fiesta de reunión en diez años. Ese fue un pensamiento agradable, aunque 1987 parecía completamente imposible en ese momento.

Remus trató de prestar mucha atención a la ceremonia de selección, la línea nerviosa de los pequeños de primer año, el viejo sombrero maltrecho, el semblante severo pero afectuoso de McGonagall. Trató de grabar cada momento en su memoria, pero no fue fácil; había tantas distracciones.

Primero, estaba el ojo de James, que todavía no había explicado. Luego estaba Regulus, que estaba notoriamente ausente. Snape, ceñudo como siempre, sus ojos nunca dejaron la parte de atrás de la cabeza de Lily Evans. Christopher, que seguía tratando de llamar la atención de Remus, y Sirius, que no estaba al tanto de todo lo demás, y simplemente estaba emocionado de estar de regreso en Hogwarts; su verdadero hogar. Remus estaba tratando de disfrutar del buen humor de Sirius sin lucir demasiado como si estuviera mirando. Era verdadero arte.

Justo cuando Dumbledore anunció que la cena estaba servida, las puertas al fondo del pasillo se abrieron. Todas las cabezas se volvieron para ver, excepto Remus, que solo necesitaba ver morir la sonrisa en el rostro de Sirius para saber quién era.

Regulus no se apresuró a su asiento, como probablemente hubiera hecho Remus, avergonzado de llamar la atención. No, Regulus era un Black de pies a cabeza, y caminaba con su porte real habitual, lentamente y con determinación, con la cabeza en alto. No había evidencia de que James hubiera hecho algún daño, pero Remus pensó que Reg se veía incluso más pálido de lo habitual y con los ojos oscuros como si hubiera perdido mucho sueño últimamente. El sexto año de Slytherins hizo un gran espectáculo al hacerle espacio, como si fuera un invitado de honor, en lugar de su compañero de escuela. Incluso la atención de Snape se desvió momentáneamente, mientras se inclinaba para estrechar la mano de Regulus.

Todo esto tomó solo unos momentos, pero dejó una marca indeleble en el séptimo año de Gryffindor, ya que todos miraron a Sirius con cautela.

-Compañero- dijo James, en voz muy baja, -necesito decirte algo más tarde. En privado.- Miró a Remus y Peter mientras decía esto, para que supieran que estaban incluidos en esto.

Sirius solo asintió y mantuvo la cabeza gacha durante el resto de la comida, solo picoteando su comida. A Remus le dolía el corazón, pero no podía hacer nada. Su sensación de separación se vio exacerbada sin darse cuenta por Lily y James, que seguían apretándose las manos debajo de la mesa. Remus no sabía cuándo él y Sirius tendrían la próxima oportunidad de estar solos.

Después de la cena, fue una espera casi insoportable para que Lily y James terminaran con sus nuevos deberes como Head Boy y Girl. Remus asentía en su sillón, sin poder concentrarse en su texto NEWT Cuidado de criaturas mágicas, los párpados cada vez más pesados.