Capitulo 1

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El acto de graduación de la vigésimo séptima promoción de la facultad de biología de la USL había terminado. Oficialmente 25 estudiantes se habían graduado. Entre abrazos, aplausos y fotografías para enmarcar ese grato acontecimiento, uno a uno se fue retirando del salón a excepción de 7 alumnos. El rector les había pedido a los estudiantes que quería hablar con ellos y también pidió la presencia de 4 catedráticos más.

Javier, Isaías, Emilia, Victor, Deborah, Julian, Greta, las licenciadas Isabel y Cecilia y los licenciados Claudio y Lorenzo. Unos a otros se miraban confundidos, realmente ninguno de los presentes sabía la razón por la cual los habían hecho quedarse esperando. Hasta que vieron que el rector volvió a aparecer pero ahora acompañado de Rodrigo, el coordinador de la facultad de biología.

-Sé que es una sorpresa para todos que les hayamos pedido que esperaran pero lo que les queremos decir, no lo podíamos hacer en el acto de graduación. Sin más preámbulos les comento que la semana pasada, la universidad cerró tratos con CEIFA, la cual es una corporación encargada de la investigación y experimentación de ciertas áreas silvestres. Se encuentran trabajando en Brasil y por motivos que están por iniciar la segunda parte de su proyecto científico más reciente, nos dieron la oportunidad de formar parte de ello. Hay 12 cupos con todos los gastos pagados de transporte, hospedaje y alimentos. Al dar por finalizado el proyecto recibirán un cheque por haber prestado sus servicios y una certificación laboral, la cual por ser internacional, tiene un peso muy grande.

Los chicos no lo podían creer. Era un sueño hecho realidad. Trabajar de la mano con la corporación, poder recibir su primer sueldo proveniente de su licenciatura y la certificación laboral, todo eso los estaría poniendo un escalón arriba a la media de recién graduados del país. De igual forma para los catedráticos, los beneficios eran increíbles. El rector debía retirarse, como últimas palabras les pidió que si necesitaban consultarlo con alguien lo hiciera lo más pronto posible, el vuelo a Brasil salía en 48 horas y si alguno de los elegidos cancelaba, tendría que buscar un reemplazo.

Todos los presentes lo despidieron y cuando salió de la habitación se quedaron en completo silencio. Rodrigo tomó la palabra y les explicó brevemente un poco más la situación.

-El fundador de la corporación CEIFA es un neurólogo retirado de 70 años. Hace 3 años iniciaron sus labores con investigaciones pequeñas, hasta este año que decidieron asociarse con la universidad para lograr un mismo cometido.

-¿Pero cómo es que pudieron ponerse en contacto con ellos? Considero que hubiera sido más fácil lograr un trato con cualquier otra empresa propia del país o sus fronteras. -Preguntó Javier

-Bueno, eso se lo debemos a mi hermano, el cual es vicepresidente de CEIFA. El sabe que soy coordinador de la facultad de biología... es como un anillo al dedo.

-Nunca nos había contado que tiene un hermano. -Interrumpió Emilia.

-Bueno, cuando lleguemos allá lo podrán conocer. Pero regresando al tema, espero que todos puedan asistir. Yo obviamente también los acompañare.

La reunión había terminado oficialmente, todos se despidieron por segunda vez y caminaron hasta el parqueo con sus respectivas familias, las cuales ya estarían aburridas de esperarlos. Javier se acercó a Isaías y Emilia. ¿Será que los dejarían participar? Isaías no tenía problema, sus padres eran muy permisivos para todo tipo de actividades. Javier consideraba que, si les planteaba cuidadosamente el asunto y con las palabras correctas, sus padres podrían entenderlo. Ahora Emilia la tenía un poco complicada, le había prometido a su madre ayudarla en el negocio familiar por medio año y hasta después ella buscaría trabajo por su propia cuenta.

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