Capitulo 2

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El sol naciente ya era visible en el horizonte. La arena dorada empezaba a calentarse con el pasar de los minutos. Todos en la base central ya se encontraban despiertos y reunidos en la misma sala donde les explicaron el plan.

Alexander daba un sorbo a su café antes de empezar a explicar cómo se llevaría a cabo la actividad.

Harían dos grupos. Uno trabajaría en la isla y el otro desde la base en la playa. Javier, Isaías, Emilia, Víctor, Deborah, Isabel, Claudio y Lorenzo serían los privilegiados de viajar a la isla. Julián, Greta, Cecilia y Rodrigo se quedarían en la base, apoyando junto con todos los trabajadores ya existentes. Los que se irían a la isla, no podrían regresar a la costa hasta que la investigación terminará. Sin embargo, no habría de qué preocuparse. Estaba implementado un sistema de drenajes con cápsulas bajo el agua que transportarán alimento todos los días. Así mismo, estos conductos servirán para el transporte de las muestras y todos los insumos necesarios para la investigación. Cada vez que necesitaran enviar o recibir algo, en 10 minutos la cápsula estaría en su destino. Y como dato extra pero igual importante, debido a una mezcla entre el clima propio de la isla y el magnetismo ocasionado por las montañas, la señal en los celulares estaba completamente muerta. Sin acceso a llamadas, sin acceso a internet.

—¿Y cómo nos podremos comunicar para coordinar el enviar y recibir las cápsulas?—Interrumpieron.

La respuesta se encontraría gracias a los avances tecnológicos. Junto a los conductos de transporte, había otro el cual conectaba el ordenador principal que estaba en la base, con el único ordenador que se encontraba en la isla. Kilómetros de cableado de alta potencia permite hacer llamadas, videollamadas y el traspaso de archivos.

La reunión dio por terminada y los que serían enviados a la isla recogieron maletas y se dirigieron al área donde 3 helicópteros los esperaban. Lo abordaron junto con Alexander y despegaron rumbo a la isla. El viaje fue realmente corto y en efecto cuando estaban por aterrizar, la señal en los celulares había desaparecido. A unos metros de donde aterrizaron se encontraba la casa en la que dormirían.

De dos niveles, 4 dormitorios con sus respectivos baños, comedor, cocina, sala, cuarto de lavado, terraza y la habitación de comunicación. En esta última era donde se encontraba el otro ordenador. Cinco enormes tubos salían del piso, cada uno con su respectiva cápsula hecha de acero, con 150 cm de longitud por 90 centímetros de ancho. En su interior estaba acolchado y contaba con una fuente de oxígeno para poder transportar cualquier cosa en las mejores condiciones.

El cuarto de lavado era destinado únicamente para lavar los trajes especiales que usarán al trabajar. El traje era de una sola pieza con cremallera, mangas largas que terminaban en guantes. El material del que estaba hecho, regulaba la temperatura corporal. Y por si eso fuera poco, como protocolo del uniforme, deben usar un casco, con una semejanza al de los astronautas. Este casco incluye un filtro en la parte trasera el cual es de vital importancia ya que el oxígeno en la cueva era opacado por los gases naturales de las paredes rocosas. Si se colocan correctamente el traje, tenían el 99.9% de seguridad de que todo saldría bien.

Todos los presentes se pusieron sus respectivos trajes y salieron al patio donde Alexander los esperaba para darle una mochila de aluminio a cada integrante y explicarles que dentro de estas estaban todos los utensilios que utilizarían en la cueva. Les recordó también que al finalizar el día, uno de ellos tenía que encargarse de usar el cuarto de comunicación para enviar un reporte rápido a la central.

Antes de partir, Alexander le entregó a Javier un pequeño dispositivo semejante a una tableta. Le pidió que tomara algunas fotos y videos y que se los enviara junto con el reporte.

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