Capitulo Catorce

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Mean

Supongo que será por nervios que estoy limpiando por tercera vez el suelo de la guardería. Por suerte, a diferencia de lo sucedido con esa mujer, no hay ningún niño ni padre más que supiese lo ocurrido con Plann y eso me tranquiliza bastante.

Aunque mi estado ahora mismo es porque ya es la hora en la que se supone que Plann iba a venir para comer juntos.

— No se si sentirme aliviado por poder tener un poco más de tiempo para asimilar lo que ha pasado —guardo la escoba en su lugar —o mal porque me acaba de plantar.

Cerrando el armario donde guardo las cosas de limpieza, apagando las luces ya para marcharme y dar fin a este día laboral, me dispongo a salir, cerrando con llave la puerta de una vez por todas, echándome a andar en dirección a mi casa.

— ¡Mean!

Deteniéndome casi habiendo recorrido la mitad de esta calle me encuentro nada más doy media vuelta con Perth, sintiendo cierta decepción invadiéndome puedo que había quedado con Plann y está claro que me ha dado plantón.

— Lo siento si te interrumpo —le miro fijamente negando —supongo que ibas a tu casa pero necesito que vengas conmigo y me ayudes con una cosa.

— Perth no se de que va todo esto ni a que quieres que te ayude, pero estoy cansado y quiero ir a mi casa —me disculpo sinceramente, siguiendo mi camino —más tarde te ayudo con lo que sea. Ahora solo quiero descansar.

— Pero es importante —me detiene sosteniendo mi brazo con firmeza —no te lo pediría si no lo fuese. Por favor.

Mirando a mi amigo, no tan confundido pero si cansado y con ganas realmente de ir a casa, descansar y despejar un poco mi cabeza de cuanto ha sucedido hace unas horas, acepto acompañarle, unicamente deseando que tan solo sea un momento lo que dure eso a lo que tengo que ayudarle y es tan importante que casi me lleva arrastras por este camino, pasando de largo mi trabajo, bastantes casas incluyendo la suya propia.

— ¿Qué es tan importante que te has pasado de largo tu casa?

Perth no me responde, continuando con el camino que ha tomado, llevándome sin soltarme a su ritmo durante tanto tiempo que me duelen las piernas por tratar de mantenerme en su ritmo de caminar, sintiendo que parece que no llegaremos a donde sea nunca.

— Ya se que te sentirás confundido porque hayamos pasado de largo mi casa —así es —pero ya estamos.

Mirando a nuestro alrededor ahora que se ha detenido permitiéndome ya descansar de todo el trayecto que hemos recorrido a tal ritmo que llevaba, no puedo evitar más que sentirme confundido.

— ¿Esto es una broma de mal gusto? —miro a mi amigo —si es porque te rechacé, de verdad que lo siento Perth.. no puedo evitarlo ni forzar algo que acabaría en un desastre y con nuestra amistad.

— No seas bobo —me da en la frente —tienes que ir hacia allí.

Señala una dirección en mitad de este lugar, pendiente de que lo siga mientras que yo solo me siento confuso porque esté haciendo esto cuando sabe que quería irme a casa, aunque no sabe evidentemente que he sido plantado por Plann cuando era él quien quería quedar a comer conmigo.

— Deja de pensarlo tanto y ve —me empuja en esa dirección —no te recordaba tan cobarde amigo. No se como puedes gustarme ahora que lo pienso.

Mirándole, viendo una amplia sonrisa instala en Perth, se que bromea con eso último que ha dicho por la carcajada que suelta antes de mover sus manos para que avance.

Ahora mismo soy más inseguridad que persona, incluso mientras avanzo mirando por última vez a mi amigo, más que nada porque ya se está marchando, dejándome solo en este lugar, en esta locura de misterio que se trae para haberme privado de un descanso más que merecido para traerme hasta este lugar.

Sigo caminando por este lugar, tan extraño porque no lo conocía realmente, fijándome en cuanto hay a mi alrededor en busca de lo que sea tan importante para Perth.

Pronto, en pasos que sigo dando sin retroceder aunque lo pienso en algún momento, me encuentro con una curiosidad que jamás antes me habría imaginado. Frente a mi, como si de una carpa se tratase, un montón de globos apilados forman una, amarrados de forma estratégica entre ellos que incluso hay una abertura en forma de puerta que alcanzo a ver justo en ese punto en concreto a Plann, pero no más allá porque no me lo permite estando él en medio.

— ¿Por esto me has dejado esperándote como un idiota? —señalo todo —¿sabes lo nervioso que estaba Plann?

— ¿Pero ha valido la pena? —sonríe de lo más tranquilo —lo siento por utilizar a tu amigo, no entiendo bien como ha accedido porque no me lo ha querido decir. Más tarde le agradeceré y también me disculpo contigo por plantarte y causarte problemas con la madre de ese niño.

— Esa mujer no aguanta nada de nadie asique no te preocupes —miro todos los globos —¿cómo se te ha ocurrido esto?

— Quería ser original y tener privacidad al mismo tiempo y se que en un restaurante eso no lo tendríamos —se hace a un lado —entra por favor.

Es incluso gracioso que use la palabra entrar para definir la acción misma dado que todo está formado de globos. Pasando a su lado puedo darme cuenta que no es solo el esfuerzo en poner cada globo, sino también esta especie de picnic que ha montado, con la manta roja a cuadros resguardando toda la comida que hay sobre ella, precintada para que no se estropease en lo que yo llegase hasta aquí.

Sentándome, por supuesto después de Plann por respeto y porque él ha preparado todo esto y creo firmemente que ha de ser así, puedo ver más de cerca todos sus esfuerzos, aceptando la bebida que me ofrece.

Abriéndola no puedo evitar mirarle de forma fija, más aún mientras bebe. Recuerdos, con verle así como bebe ahora mismo, de cuando nos hemos besado en ese cuarto de la guardería llegan a mi, sintiendo de pronto como no solo nervios me invaden, también una sensación de calor demasiado invasiva que me hace abrir rápidamente la botella, vaciando más de la mitad en cuestión de segundos.

— Si que te ha gustado —trago, dejando la botella a un lado —¿te encuentras bien?

— Si, si —¿cómo voy a encontrarme bien? —¿comemos? Me muero de hambre y todo tiene buena pinta.

No espero por una respuesta de Plann porque necesito distraerme, mantenerme ocupado con algo aunque sea este sándwich que estoy comiendo ahora para no pensar en eso más.

Llenando casi por completo mi boca de sándwich le miro nada más escucho como de la nada empieza a reír, sintiéndome confundido porque no le veo la gracia a nada.

— Eres gracioso Mean —no puede dejar de reír, pasando sus dedos por la comisura de mis labios —¿por qué estás tan tenso?

— No estoy tenso —hablo cuando ya no hay nada en mi boca —solo tenia hambre.

— ¿Puedo preguntarte algo? —asiento, mirándole fijamente —¿estás así por ese beso?

¿Tan transparente soy como para que lo note tan rápido?

— Porque de ser así como no, yo tampoco he podido dejar de pensar en ello y en lo que supone —no.. —no se si aguantaré mucho siendo tu amigo y sutil al mismo tiempo para conquistarte y volver a ser novios.

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