Capitulo Dieciocho

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Plann

Arreglar la guardería no es lo único bueno que quiero hacer por Mean para demostrarle que estoy cambiando, que soy alguien diferente a quien era antes, cuando todo lo que ocurrió terminó por llevar nuestra relación al caos total. Soy alguien diferente porque quiero serlo para Mean. No solo realmente porque estemos juntos de nuevo como una pareja, sino porque tengo la necesidad de que así sea, de hacerle feliz y no volver a darle una razón para que lo nuestro termine y nosotros acabemos distanciándonos esta vez de forma definitiva.

Terminando de servir la comida que me he permitido preparar en su casa, a pesar de la insistencia por hacerlo él, llevo cada plato que ahora pongo en la mesa, sonriendo ante la mirada de sorpresa de Mean, sentándome en la silla libre frente a mi novio.

— Si todo esto es para ganar puntos conmigo déjame decirte que no es necesario —coge sus palillos sin apartar sus atención de mi —aunque en parte también está bien que me sorprendas con detalles así. Con la que me diste con la guardería ya tenias bastante por hoy.

— Se que lo de la guardería no te lo esperabas y que lo querías hacer tu mismo —asiente dándome la razón en ello —y eso no es lo único que haría por ti. No quiero remover el pasado ni mucho menos, pero si siento que te debo demasiado y cada detalle que tenga contigo no es suficiente. Te mereces todo sobretodo para ser feliz y quiero ser yo quien te lleve a ello, a que seas feliz y no haya más días de peleas ni tristeza en nuestra relación ni nuestras vidas.

— Plann tampoco te presiones tanto porque no me siento mal en ese sentido —deja los palillos a un lado nuevamente —no soy solo yo quien debe ser feliz, somos los dos. Si queremos que lo nuestro funcione tenemos que ponernos los dos en ello, no solo uno en beneficio del otro. Te quiero y aunque me doliese en aquel momento todo cuanto ocurrió también fue en parte responsabilidad mía, no cargues con todo sobre ti porque te cansarás y decidirás algo que no queremos pensar. No necesitamos pensar en ello.

Mean tiene razón en cada palabra que dice y me sorprende que lo diga de forma tan libre, tan sincera cuando es evidente que todo este tiempo ha querido vivir sin esos recuerdos tan negativos. Era feliz con su trabajo, llevando su vida de forma tranquila y aparecí yo nuevamente dispuesto a luchar por la persona a la que siempre he amado, a la que quise proteger de todo mal.

Lo que no vi fue que yo era parte de ese mal que estaba haciendo su vida oscura, un poco lleno de tristeza que quiero llenar de felicidad para este hombre con ese corazón tan puro que tiene, que quiero sanar de todo el mal que hice y no se culpe porque ahora se y comprendo que no hizo ningún mal por darle una oportunidad a una niña que no tuvo culpa de nada.

— Kanda..

— Kanda está bien —asiento despacio —su padre le cuida bien y la familia de él la ha aceptado sin ningún problema. Es una niña preciosa, inteligente, risueña. Es feliz porque tiene una familia que la quiere y cuida como merece. No tienes que preocuparte por ella si no quieres, no te fuerces.

— Me gustaría verla —la sorpresa se instala en esos ojos que me miran de forma fija —intentar ser un buen tío para ella. No se merece tampoco lo cruel que fui rechazándola de esa forma.

— Plann..

—Se lo que vas a decir pero ya lo he decidido —tomo su mano con la mía libre —quiero ser mejor persona para ti y para mi sobrina. Lo que hizo mi hermana no justifica mi actitud para con esa niña que no tiene la culpa y al igual que quiero hacerte feliz a ti, quiero darle una oportunidad.

Mean me está mirando ahora mismo de una forma que no comprendo, así como tampoco la razón por la cual se está poniendo de pie, acercándose, inclinándose hacia mi persona, tensandome tan solo un segundo al sentir su respiración contra mis labios de forma tan viva que me pierdo enseguida en la sensación que me hacen sentir sus labios moviéndose de forma segura sobre los míos.

Subiendo mis manos hasta su cuello no tardo un instante más en corresponderle, en aferrarme mejor a mi novio, en ponerme en pie, seguir sus pasos hasta donde me lleve, siendo que mi espalda descansa ahora en este sofá lo suficientemente espacioso para caber los dos, aunque eso no importa porque juntos es como mejor encajamos aunque sea en el espacio más diminuto.

— Mean —su nombre sale de entre mis labios como un gemido —te quiero.

Sus ojos vuelven a clavarse en mi como si fuese así a fijarse de tal forma que no podría moverme ni queriendo. No quiero en realidad moverme porque estoy bien así, me siento cómodo así como estamos, aunque la tensión empieza a adueñarse en parte de mi de tal forma que ya no le sostengo, descansando mis manos sobre mi regazo, en la distancia entre nuestros cuerpos que pronto se rompe al sentarse de rodillas Mean frente a mi, en el espacio entre mis piernas.

— Tengo el anillo —le miro confuso —y sentimientos un poco confusos también Plann. Yo también te quiero y estoy sintiendo ahora mismo la necesidad de olvidar todo el pasado y dar ese paso que quedo interrumpido. Es una locura que no deberíamos cumplir ahora mismo. ¿Por qué simplemente no podemos callarnos aunque sea un minuto y dejar que las cosas sean como deban?

— ¿A que te refieres?

— A que no quiero pensar, no quiero decir ni escuchar palabras que lo estropeen todo —sus mejillas se enrojecen, siendo el recorrido de esas frustradas lágrimas —estoy cansado de palabras que hacen daño, que lo estropean todo. Solo hazme sentir seguro en cuanto has dicho. ¿Quieres hacerme feliz? No lo demuestres con palabras que pueden estar llenas de verdad así como también vacías. Calla tus estúpidas palabras, cállame y usa tus malditos labios para hacerme sentir vivo Rathavit Kijworalak.

Atrayéndole hacia mi, no dudando un solo segundo aunque aún este reaccionando a sus palabras, a esas lágrimas que le acompañan y odio que existan, uno nuestros labios, prometiéndole así, dándole de esta forma cuanto quiere, necesita, deseo darle también, que sea feliz sin decir ni una sola palabra, demostrándolo con actos tan puros como entregarle todo mi amor, mi corazón que siempre será suyo porque le amo, porque no soy mio sino suyo, porque cada parte de mi ser es suya, cada latido de nuestros corazones es nuestro, es algo así como un complemento que nos hace uno, suyo, mio, nuestro para siempre, sin vuelta atrás, tan solo a ese futuro que aún siendo incierto lo recorreremos juntos cueste lo que cueste.


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Espero que disfruteis de este capítulo que os traigo hoy. No os olvideis de cuidaros y descansar. También quiero decir que el capítulo final de Soy se acerca, pero habra una tercera entrega. Ahora si, cuidaros y nos vemos pronto.

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