Capitulo Veinte

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Plann

Realmente no ha sido fácil convencer a Itthipat para que me concediese cuanto le pedía. Le comprendo, porque es su hija, mi sobrina, la que está envuelta en cuanto le he dicho y si fuese mi hija sin duda alguna creo que reaccionaria de igual forma.

Pero aún así ha accedido y no se como se lo podré agradecer.

— ¿Tu estás seguro que esta es la mejor forma?

Mirando la casa, este lugar que en su día fue un hogar lleno de mi amor por Mean, del suyo propio por mi persona, de tantos recuerdos que ni con el paso de todo el tiempo que hemos estado separados he logrado olvidar, asiento despacio, más por los detalles que me he dispuesto a preparar con cierto miedo a que Mean apareciese de pronto queriendo saber si hemos arreglado las cosas en nuestra privada conversación en la que no has concedido el espacio suficiente para ello.

— Tengo miedo de recibir un rechazo por su parte porque hace poco que reanudamos nuestra relación —mis palabras son sinceras —pero se que si no lo hago ahora y aunque sigamos juntos, algún día podría pasar que nos vayamos distanciando y si decidiese esto mismo en ese entonces seria una decisión mal tomada porque nos llevaría a vivir una vida demasiado amarga juntos.

— Y no quieres eso para Mean ya lo comprendo.

Mirándole, viéndole terminar de vestir a Kanda con un pequeño pero bonito vestido que me permití comprar para ella, a pesar de las negativas de su padre, sonrío porque realmente es una niña preciosa, un ángel de todas las formas posibles en las que se pueda decir y ver que tal cual lo es.

Poniéndome en pie, acercándome hasta donde se encuentran, no sabría muy bien porque pero abrazo con fuerza a Itthipat, agradeciéndole todo lo que hace por mi a pesar de lo egoísta y arrogante que fui en su día con él y esta pequeña que ahora tengo en brazos, besando su regordeta mejilla, ganándome una dulce sonrisa de la pequeña Kanda.

— Si Kanda comprendiese todo el daño que hice estoy seguro que no me sonreiría así —coloco bien el vestido en la pequeña —solo no quiero que me odie, al menos no por Mean. Ella es un ángel y Mean la aprecia demasiado, la quiere y se que no quiere que nada ni nadie la haga infeliz a pesar de todo cuanto ha ocurrido. No es su culpa por supuesto, porque una niña tan buena solo puede tener un tío estúpido que aleja y hace daño a las personas que le quieren y solo saben transmitir bondad.

— Estás enamorado y eso es lo que te hace ser un idiota —coge a Kanda —iré a ver a Mean que debe estar subiéndose por las paredes de los nervios. Intentaré que salga bien lo que hemos hablado, pero si no es así no te apresures, ni te enfades porque sabes que puede ser que suceda así.

Viéndole marchar ahora con la pequeña tengo claro que no me voy a enfadar si por parte de Mean la respuesta no es tan positiva como me gustaría realmente. Durante todo este tiempo han sucedido demasiadas cosas y no puedo más que aceptar la realidad, la cual es que no hay nada a mi favor en este momento en el que todo pende de ese hilo que aún invisible, siendo producto quizá de nervios o incluso un miedo mayor, existe y está ahogándome ahora mismo de una forma tan dolorosa que solo me siento frustrado, más incluso sentándome en este suelo, junto a esta cama que tan bien hemos preparado, alrededor de cuanto Itthipat me ha sugerido como situar todo de una forma especial.

Mean

Ya ha pasado tanto desde que dejé a Plann y a Itthipat a solas que en más de una ocasión he estado a nada de volver sobre esos pasos ya dados y ver si no están llegando a las manos el uno con el otro, siendo eso desagradable mas por estar la pequeña Kanda con ellos.

Tomando un sorbo más del tercer café que me he pedido durante este tiempo que ya ha transcurrido en medio de la tensión y los nervios que no tienen intención alguna de abandonarme, dejo la taza a un lado, confuso por ver como la pequeña Kanda está entrando en este momento, con su pequeña manita siendo sostenida por la de la camarera que en todo este tiempo me ha atendido.

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