Capítulo 29

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Una vez dentro de casa, Megan se dirige a Eider para presentarse.

—Bueno ya que estás aquí, es hora que nos presentemos formalmente ¿no?

—Pero si ya te conozco, eres la chica que me sobornó para darme la ubicación de su amiga. —Responde Eider con una pequeña sonrisa.

—¿Eso es cierto? —Pregunto sorprendida.

—Ahorita no estamos hablando de eso Alex, ahorita lo importante es que me presentes como es debido. Ya sabes, la parte en la que dices: Novio mío te presento a la única, bella, maravillosa, inigualable…

—Insoportable. —murmuro.

—Y especial, mejor amiga del mundo mundial. —Finaliza Megan.

—Vaya ego y no le digo novio mío. Nunca.

Eider sonríe mucho más al ver nuestro intercambio de palabras.

Justo en ese momento escucho que papá empieza a caminar a lo largo de su cuarto inquieto, así que me dirijo al pasillo para intentar detenerlo por si intenta salir de allí. No debería tenerlos a ellos aquí, así como está mi padre.

Entro al cuarto y lo veo caminando desesperado.

—¿Te pasa algo? —pregunto.

—Escucho voces ¿Hay alguien aquí?

Me pongo nerviosa ¿y si intenta salir?

—Solo está Megan papá, ya lo sabes.

—Necesito más vodka.

Arrugo la cara.

—No pienso comprarte alcohol, si es lo que crees.

—No, no. En la cocina tengo una botella ¿Me la puedes traer?

Odio a este hombre, lo odio tanto como lo quiero. Con unas inmensas ganas de llorar salgo rápidamente a la cocina, tomo su botella y se la llevo.

—Solo no salgas de aquí. —Es lo único que le digo antes de salir del basurero que es su habitación.

Me tomo un par de minutos para calmar mis sentimientos antes de regresar al salón. Allí los encuentro a todos riendo. Amy es la primera en hablarme.

—Alex, Alex mira lo que me trajo Eider. —Me muestra una caja de colores inmensa.

—Qué bonito. —Le sonrío.

—Hasta a mí me trajeron un regalo mira. —Megan tiene una caja de bombones en sus manos y me sonríe con picardía —Ya me agrada tu novio. Te lo puedes quedar.

—Oh gracias. —Digo con sarcasmo.

—No tenías que traerles nada. —Me dirijo a Eider.

—Lo sé. Pero de alguna forma debo ganármelas. —Luego se acerca y me susurra. —Los bombones eran para ti, pero tu amiga me asusta mucho, así que se los regalé a ella. Además, tengo otro regalo preparado para ti.

—¿En serio? —Pregunto en medio de una gran sonrisa.

—Sí, Pero no lo verás hasta más tarde.
Preocupada por la dirección que parece tomar la conversación, decido ir a lo seguro.

—Creo que empezaré con la cena, ¿Me ayudas Amy?

—Si, claro. Hagámosla nosotras o Megan hará macarrones con queso.

—Te escuché Amy. —Murmura mi amiga con la boca llena de chocolate.

Amy y yo entramos a la cocina en un mar de risas.

La vida es un instante | Completa✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora